Iconografía de la Pastora de Cantillana: Azulejo Bícromo

Otra técnica artística decorativa inaugurada en Sevilla en el siglo XVI por Niculoso Pisano, aunque con gran tradición morisca, es la cerámica. La representación religiosa en loza polícroma se desarrolla durante el siglo XVI, se extiende durante el XVII y se populariza inusitadamente durante el XVIII. En el XIX surgen nuevas técnicas industriales y a principios del XX la cerámica y sus famosos retablos callejeros son tomados como característica de la arquitectura regionalista y del incipiente “estilo sevillano”.


La obra de la que hablamos es un paño cerámico de 140 por 100 cm. que representa a la Divina Pastora de cuerpo entero con el cordero, el báculo de oro y el sombrero de Eduardo Moreno, siguiendo el modelo de un estudio fotográfico de 2003. Fue elaborado en 2005 como coronación del frontis principal del salón para las carretas, una obra de gran envergadura levantada por los pastoreños en las huertas del antiguo convento franciscano para albergar muchos enseres de la hermandad. Tanto su patio delantero como las dos fachadas que lo enmarcan se hicieron con grandilocuencia y para ello fue encargado un azulejo especial al artista Luis Manuel López Hernández. Aunque se considera escultor, su obra cerámica es de una calidad plástica excelente. Prueba de ello es la obra que traemos a comentar y otras muchas repartidas por Cantillana entre particulares y lugares públicos. Sin embargo, mis palabras sobre este autor tienen condicionada su objetividad, por lo que centraré fundamentalmente la explicación en términos formales.

El azulejo esta ejecutado en piezas de 20x20cm. Sobre este bizcocho cerámico va el esmalte blanco y sobre él la pintura realizada en óxidos de cobaltos de diferentes gradaciones tonales. Es la conocida cerámica azul y blanca, muy recurrente en la arquitectura dieciochesca portuguesa. La escena se presenta como un retrato de la Virgen sobre un indefinido fondo a base de una aguada con paletina.

Una representación de estudio de la Divina Pastora, por encargo de la hermandad, elaborada por un artista, ¿contrapunto de la obra anterior o consecuencia de la misma? Más bien diríamos que esta última obra, coetánea a nosotros, es un producto de todo lo anterior, porque en ella han influido muchas visiones iconográficas de la Divina Pastora.

Antonio López Hernández