A tus plantas humildes llegamos,
Madre tierna bendita María,
que eres faro de luz y alegría
de las almas que adoran en ti.
Ten piedad de nosotros Pastora
que con ansias buscamos consuelo
y elevamos los ojos al cielo
suspirando seguro redil.
Flor hermosa de casto perfume
esperanza del triste que llora
flor de amor que los cielos coloras
con ardiente y divino esplendor.
Medianera de Dios y del hombre
de virtudes y gracia infinita
sed mi amparo Pastora bendita
pues lo imploro con tierno fervor.
Autor anónimo del
siglo XIX, la letra de esta copla fue hallada en la casa del antiguo sacristán
de la Parroquia en la calle Juan Ramón Jiménez esquina con Gustavo Adolfo Becquer
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