sábado, 12 de marzo de 2011

Iconografía de la Pastora de Cantillana: El Azulejo de la Fachada de la Parroquia


El retablo cerámico que nos ocupa es sin duda el más emblemático de cuantos representan a nuestra titular, se ubica a las puertas de nuestra Parroquia y fue bendecido en la mañana del 8 de Septiembre de 1952. El retablo de grandes proporciones fue realizado por Alfonso Chaves en la conocida fábrica de Ramos Rejano. Alfonso Chaves Tejada es uno de los ceramistas mas prolíferos del siglo XX, su obra de excelente calidad de encuentra repartida en numerosos lugares, en nuestro pueblo encontramos varios exponentes, entre ellos el de la Virgen de la Soledad en la portada de su Santuario, el de Nuestro Padre Jesús Nazareno junto al rótulo de su calle o varios de la Divina Pastora en domicilios particulares y en la fachada de nuestra Ermita, de todos ellos sobresale sin duda el que nos ocupa, en el que queda patente la destreza de Alfonso Chaves a pesar del escaso tiempo del que dispuso para realizarlo y es que la realización de este proyecto, que según los libros de actas de aquellos tiempos llevaba varios años gestándose, no está exento de algunas anécdotas como la de la mayordoma Mercedes Espinosa que cuando acudió al taller a encargarlo a mediados de julio, ante la precipitación para que fuese inaugurado el día de la Pastora y la escasa posibilidad de realizarlo en tan corto plazo se sentó junto al maestro ceramista y espetó: “de aquí no me voy hasta que usted no lo empiece”, y así en poco más de un mes, Alfonso Chaves dio forma a ese maravilloso retablo cerámico, “fiel reflejo de la que veneramos en el camarín” como refleja el acta del cabildo celebrado el 4 de Octubre de 1952.
Una vez encargado, los artesanos tuvieron que desplazarse hasta la Parroquia para tomar medidas y notas de cómo se presentaba en su camarín la Virgen y así lograr una reproducción fiel de la Virgen, que finalmente fue fidelísima, el coste del retablo ascendió a 6.735 pesetas a los que habría que sumar 505,45 que costó el trabajo de instalar la luz para los dos suntuosos faroles que desde el momento de su bendición se sitúan junto al mismo.
La bendición del mismo tuvo lugar la mañana única del día de la Pastora, revestida de la solemnidad que el acto requería. Fue antes de la función Principal y acudieron las hermandades Pastoreñas de Santa Ana y San Antonio de Padua de Sevilla. En un altar portátil situado al efecto ante el retablo, el párroco Don Francisco Ruiz Calañas tras el rezo de la Estación Mayor y la bendición con el Santísimo Sacramento, procedió a bendecir el azulejo, tras ser descubierto rompió la multitud que abarrotaba la calle de la Iglesia en una larga ovación mientras que aclamaban a su Divina Pastora y se soltaron varias palomas. El Magistral de la Catedral Hispalense, el M. I. Sr. D. Javier Aler Solá dirigió desde el pulpito situado junto al azulejo, una prédica a los presentes.
El azulejo nos muestra una fidelísima reproducción de la Imagen de la Divina Pastora sin sombrero con sus joyas habituales rodeada de sus ovejas y bajo la sombra de su característico almendro, en un bucólico escenario en el cual se dibuja al fondo el perfil de Cantillana desde la alquería, de la misma forma que se ve en el camarín, en la parte inferior de la Imagen se sitúa una cartela con el siguiente texto: “Esta Pontifica y Real Hermandad de la Divina Pastora de las Almas fue Fundada en el año del Señor de 1720 en esta Iglesia Parroquial por el Venerable Padre Fray Isidoro de Sevilla “Capuchino” para enaltecer y glorificar la Realeza Universal de tan Soberana Señora”. La ornamentación del retablo se completa con dos columnas salomónicas, abundante decoración neobarroco y guirnaldas de flores, en la parte superior del medio punto en otra cartela aparece el escudo de la Hermandad. Todo ello sobre un fondo adamascado de tonos azules.

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