Hoy, 7 de noviembre, hace 262 años de la muerte del
venerable Padre Isidoro de Sevilla, quien tuvo la divina “ocurrencia” de
representar a la Santísima Virgen María con traje y titulo de Pastora.
En este blog, no podemos pasar por alto esta efemérides, en
estos días que estamos recordando a tantos pastoreños de corazón, él fue el
primero de todos, al que le debemos poder venerar a la Virgen como Pastora,
como desde el siglo XVIII y gracias a él, la veneramos en Cantillana.
Fue fray Isidoro de Sevilla autor
de muchos e interesantes libros. Más de veinte son los conocidos como editados,
de los que descuellan aquellos que están relacionados con la devoción a la
Divina. Sería muy sugestivo una lectura detenida y profunda de ellos, para
deducir de la brava hojarasca de su estilo conceptista y culterano,
característico de su época, su contenido teológico, que no es poco, en el que
fundamentó la devoción. Destacan sus dos obras más conocidas: la mejor
Pastora asunta y la Pastora coronada.
A los 89 años, el día 7 de Noviembre de 1750, moría
en Sevilla nuestro venerable padre fray Isidoro de Sevilla. Como colofón de
esta breve biografía suya, recogemos un párrafo de la carta con la que su
guardián, fray Antonio de Alcalá, comunicaba, con el peculiar estilo de la
época, a los hermanos de la provincia religiosa de Andalucía este triste
suceso:
“Insignísimo clarín de los marianos, elogios con cuyos ecos exalto la sacratísima devoción de María Santísima nuestra señora, siendo el primero que, en esa mariana ciudad, levantó el pendón para proclamar sus alabanzas por las calles, celebérrimo institutor del ternísimo, dulcísimo y peregrino titulo de María Santísima, piadosísima Pastora de las Almas, en cuyo culto y en su extensión por todas partes trabajó inmensísimamente, ya en el pulpito, ya en el libro intitulado la mejor Pastora asunta, ya con novenas devotas, ya con ofrecimientos y canciones fervorosas para alabarla por las calles. Erigió hermosas capillas con fervorosas congregaciones, exornándola con edificantes constituciones con aprobación apostólica, instituyendo, innumerables rosarios que continuamente dan loores a la Pastora Divina. Varón verdaderamente todo de María, y todos sus objetos se dirigirán a cultos y obsequios suyos, experimentando innumerables prodigios de conversiones de almas atraídas a la dulce tierna moción de sus marianas voces. Logró en sus días ver extendido título tan peregrino por todas las Españas, y en las Indias, establecidas misiones bajo los soberanos auspicios de su adorada Pastora”.
Rogamos a todos los lectores y seguidores de nuestro
blog una oración por el alma de tan preclaro pastoreño que descansa eternamente
junto a su bendita Pastora en las praderas del Risco del cielo.
NOTA: Del Padre Isidoro se ha publicado
recientemente una magna obra, la más importante monografía escrita sobre este
capuchino y la advocación de la Divina Pastora hasta la fecha, su autor un pastoreño
de Cantillana, digno sucesor de la labor misional del venerable Padre Isidoro, el
doctor D. Álvaro Román Villalón, cuyas manos tienen el privilegio de quitarle
el sombrero en Martin Rey a la Reina y Pastora de Cantillana. A todos los
devotos de la Divina Pastora y quienes quieran profundizar más sobre la figura
de este capuchino y los orígenes de la advocación pastoreña le sugerimos la
lectura de este maravilloso volumen titulado "la Divina Pastora en los escritos de fray Isidoro de Sevilla" que es imprescindible en la casa de
cualquier pastoreño.
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