Desde que a finales del octavo mes del año comenzara a
vestirse con los colores rojo y gualda nuestro pueblo, y en la Parroquia se
levantaba el trono de corchos y lentisco al que llamamos “risco” para la Virgen
hasta la postrera jornada, todo es Pastora, convirtiendo este mes, el más
grande para los cantillaneros en el mes de la Pastora, el más ansiado en el
año. La Pastora lo abre ascendiendo a su Risco y lo cierra con su devoto besamanos.
Todo evoca a Pastora en este mes que cerramos. Pastoreño es el aroma
inconfundible del lentisco y del nardo, los arcos de triunfo levantados en
honor de la Virgen, la emblemática calle Martin Rey y la ceremonia del
sombrero, los sonidos del tambor y la gaita o de las campanitas de la carreta
de plata, la brisa de la rivera del Viar, el repique de las campanas de la
torre de su Parroquia o de la blanca ermita de los Pajares que los pastoreños
levantaron en su honor. Un apelativo indiscutible el que lleva consigo este
mes, un apellido inseparable del mismo en Cantillana, a los hechos nos
remitimos: Septiembre es pastoreño.
Si se comenzó con los preparativos de los cultos
principales, estos: la solemne novena, Rosarios, la función principal y la
procesión triunfal por las calles de Cantillana dieron para a la culminación de
la novena con la procesión de Jesús Sacramentado y el Rosario. Entrando en la
Parroquia el Simpecado comenzaban los preparativos de la semana que cierra las
fiestas principales, la popular romería y el besamanos de la Divina Pastora que
en este año se celebra en 30 de Septiembre, como antaño tenía lugar.
Es el besamanos de la Pastora, el besamanos por antonomasia
de Cantillana, el primero instituido en nuestro pueblo, y una de las muestras más
elocuentes del amor filial de los cantillaneros a su Reina y Pastora. En 1933
se celebraba el primer besamanos, en aquella lejana fecha eran muy pocas las imágenes
que se exponían en besamanos, como en tantas cosas, la Pastora fue pionera.
Cuando hoy miles de pastoreños y devotos de la Pastora Divina suban a su camarín
y depositen su beso en la mano, Septiembre llega a su fin y lo despedimos con
los versos de Montero Galvache en el pregón del CCL aniversario fundacional en
1970.
Septiembre se está cerrando
en su postrera
jornada.
Y la Pastora sonríe
en su Santuario y
habla
en secreto a los
romeros
y en pura fiesta la
exaltan.
Y cuando a la noche
vuelven
desde su Ermita a su
Casa,
le ofrecen los
caballistas
flores de luces
gallardas,
mientras los
tamborileros,
por las calles y las
plazas,
por la Cuesta del
Reloj,
por toda la Villa en
gracia,
le van dejando una
mar
de musicales
fragancias.
Los vivas a la
Pastora
hasta el Simpecado
avanzan
con su ejercito
florido
de súplicas y de
lágrimas.
La pirotecnia se
hace
bóveda de salves
santas.
¡Adiós, Pastora,
hasta siempre
-dice el pueblo-! Y
toda el alma,
cantillanera, se
queda,
Risco y Redil,
contemplándola,
mientras que sigue
la copla
cantando por
Cantillana:
Entre la Sierra
Morena
y Los Pajares, se
alza
por la Pastora una
Ermita,
donde los ángeles
cantan
un nombre blanco de
cielo:
¡Cantillana,
Cantillana!
2 comentarios:
Que foto mas bonita
Precioso articulo alusivo al dia de ayer. Creo que la junta de gobierno debio colocar los bancos mirando al camarín de la Pastora, como siempre se han puesto, y así sentarse aquellas personas que deseaban acompañar y ver a la Virgen durante el besamanos.
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