que coronas con el sol la cima
de ese risco, montaña divina,
que es la dicha y el centro del suelo.
por el baja la gracia primero
y en su senda la grey adivina
la escalera entre flores y espinas
que vincula la tierra y el cielo.
(Solo)
Elevada cual palma de Cades
y el ciprés que Sion atesora
sobre un risco te yergues Pastora
y apacientas las almas de Dios.
A tu sombra entre fulgor de rosas
que en la cumbre es refugio y alcázar
brota puro torrente de gracias
que lo baña en derredor.
(Solo)
Ese monte de amor do se sienta
mi Pastora cual trono esplendente
irradiando de luz refulgente
gracia y gloria destila al mortal.
Y la piel que circunde su pecho
y el cayado que empuña su mano
son carismas de un don sobrehumano
que nos lleva al aprisco inmortal.
Luis M. López Hernández
En el año 2003, la Hermandad celebraba una importante efemérides, el tercer centenario del inicio de la devoción Pastoreña, con tal motivo se organizaron importantes actos y cultor de carácter extraordinarios para conmemorar el aniversario. Entre ellos y con motivo de este, se estreno una copla para la novena cuya letra es de Luis M. López Hernández y la Música del tenor Joaquín Ruiz. La copla, interpretada desde entonces anualmente en la novena, fue muy elogiada por hermanos y devotos y hasta años después, se hizo una versión de la misma para la Hermandad del Gran Poder que fue grabada por la capilla musical de dicha Hermandad en su trabajo discográfico “ese hombre que camina”.
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