Conserva la hermandad una partitura, enviada desde Chiclayo (Perú), por el director del Conservatorio musical y de la Orquesta Sinfónica de aquella ciudad, don Rafael Carretero. Junto a la partitura se guarda una carta muy entrañable, de fecha 20 de agosto de 1969, en la que el autor recordaba su infancia en Cantillana junto a su padre, Manuel Carretero, organista y director del Coro de la Divina Pastora.
“Todos nosotros éramos muy queridos en esa localidad, en la que yo desde muy jovencito fui con mi padre a la novena y a la solemne función que se celebra el día ocho de septiembre. El murió hace 25 años y, estando muy enfermo, le pararon ante su puerta, que estaba sentado en un sillón, las andas de la Divina Pastora, y es un recuerdo imborrable que llevo en mi corazón”.
Rafael Carretero nació en Sevilla en 1898 y emigró a Perú en 1932. Había venido a las fiestas durante muchos años y hecho amistad con muchas personas a las que no olvidó. En la misma carta recuerda “al cieguecito organista, Manuel Blanco Pino, los hermanos Santiago, Emilio y Antonio Ríos, que tenían una barrería en las afueras del pueblo, la familia Ríos Sarmiento, que uno es doctor y otro abogado y su señora o señorita hermana, María Ríos Sarmiento, que viven en Sevilla pero todos los años concurren a la novena y vivían en la calle Martín Rey. También la señorita Rosario Vélez, que vivía en la Cuesta del Reloj, y otro gran amigo, Manuel Blanco Sayago”.
Su devoción a la Divina Pastora, que profesaba desde niño, le hizo componer una plegaria a la Virgen para piano y canto, con la ilusión de que su música, enviada desde tan larga distancia, pudiera hacerse presente en la novena, como recuerdo suyo y de su padre. Eligió como letra para la nueva partitura musical una antigua copla que se cantaba en los cultos pastoreños y que se había quedado en su memoria. La tituló A ti, Pastora Divina, si bien en la hermandad siempre se la conocería por el sustantivo de su primera estrofa: Las Corolas.
La composición va dedicada “con todo fervor y cariño a la hermandad y a la gran pianista, amiga y discípula, Candelaria Santafé”. La interpretó por vez primera en la novena María de los Santos Solís Sáenz de Tejada.
Florencio Arias Solís
Se dice en el flamenco que hay cantes de ida y vuelta. Qué pocos saben que en la música religiosa también puede darse ese caso. Y es que, a pesar de oír repetidamente una canción o copla, nadie se suele fijar en los avatares por los que ha de pasar un texto musicado para que llegue a ser escuchado.
Es el caso de Las corolas, copla dedicada a la Pastora de Cantillana, cuya versión actual la debemos a Rafael Carretero. Esta composición gozó de gran popularidad en tiempos remotos, pero por el paso del tiempo y las circunstancias esta partitura dejó de cantarse (como tantas y tantas otras), sufriendo extravío y cayendo en el olvido. Pasados unos años y con el mismo texto, fueron reescritas por el hijo del violinista Carretero y enviadas a España desde su residencia americana asociadas a una nueva partitura. Su música, muy apropiada para el texto, es muy melodiosa y de corte sentimental. Su tempo cadencioso de cuatro por cuatro le da una prestancia y elegancia para el fraseo que se adecua como ninguna otra –a poco que se tenga un mínimo de sentimiento– para ser cantada casi a media voz. Es una especia de plegaria salida de los adentros y que requiere dulzura en la interpretación. Sin embargo, la frase al mirarte Pastora Divina es de un lirismo enorme y pone el contrapunto exacto al resto del texto.
La composición es bastante homogénea en lo que respecta a su ritmo. Su aire recuerda el típico minuetto de las sinfonías, es decir, la parte central de éstas, que suele ser más cadenciosa que las restantes partes. En la parte final, la frase que sigue a la mencionada anteriormente, “tiembla y siente transporte de amor”, es amorosa, como eco lejano, recóndito, y redondea las primeras cadencias, pues pide cantarse en un pianísimo que se debe fundir con el acompañamiento.
La armonización es sencilla, pero de gran belleza plástica, muy del gusto de la época en que fue escrita, donde los acordes son los precisos para servir de apoyo a la melodía. Esta composición, a pesar de ser la más corta del extenso repertorio pastoril, es una de las que más se han cantado en el último siglo. En resumen: es todo un recreo para el que la canta. Yo, que he tenido el placer de hacerlo en distintas ocasiones, siempre dejo la voz libre, disfrutando con su bella y dulce melodía.
Joaquín Ruiz González
Tenor
Ambos artículos fueron publicados en la revista Cantillana y su Pastora nº 13, correspondiente al año 2008.
Las Corolas
Como tiemblan de amor las corolas
cuando el aura las quiere besar,
como alegres se agitan las olas
en los tibios remansos del mar.
Extasiado en tu faz peregrina,
este pueblo con vivo fervor,
al mirarte Pastora Divina,
tiembla y siente, trasportes de amor.
Rafael Carretero
Audio
3 comentarios:
peciosa copla, mas aun si se escucha delante de Ella, en su Risco un dia de novena, "extasiado en tu faz..." .
Enhorabuena a los componentes del blog.
SIMPLEMENTE MAGNIFICA.
Para mi gusto, la más completa de las coplas y composiciones musicales dedicadas a la Divina Pastora de Cantillana, y creo que las conozco casi todas...
Bellísima, rotunda y evocadora como ninguna.
Felicidades a los autores del blog y al equipo de redacción.
Así se trabaja también por el bién de la hermandad, como habeis hecho siempre y deseo que siguais haciendo. Os hecho de menos...
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