viernes, 30 de septiembre de 2011

Los espectáculos

En los años veinte del pasado siglo se introdujeron en las fiestas pastoreñas, y a través de ellas en Cantillana, los espectáculos musicales


El espectáculo pionero y precedente de los que después vendrían y posteriormente serían asimilados por otros colectivos para amenizar sus fiestas, fue el espectáculo de Varíete y Cante flamenco celebrado el 11 de septiembre de 1927 en la plaza del Llano, una vez terminado el Rosario público que salía entonces el domingo de la novena.

La idea de organizarlo vino propiciada por la falta de la tradicional corrida de toros del 8 de septiembre de ese año, debido al luto de la familia propietaria de la plaza por la muerte de doña Pastora López Santolalla, también destacada pastoreña. Ya que no había habido toros, para que los festejos populares no decayeran se ideó la organización de este evento, para amenizar, junto al ya entonces acostumbrado cinematógrafo, los días del novenario.

El espectáculo estuvo protagonizado por la notable artista Aicha la Hebrea, con un magnífico repertorio de aires regionales, fandanguillos, canciones y saetas. Ésta era una artista de origen leonés, célebre cupletista del Café Iris de esa ciudad, muy conocida por su participación, como saetera, en las procesiones de Semana Santa. También había participado en alguna película de cine mudo. En Sevilla triunfó como estrella del Kursaal Olimpia, local situado en la calle Tarifa.

El espectáculo lo cerraba, como figura principal, el ya entonces consagrado Manuel Centeno, Non Plus Ultra de los cantadores flamencos, ganador de la copa Pavón de Madrid, acompañado a la guitarra por Paco el de Paradas, que en esa época había triunfado en Barcelona y Madrid, junto a otro de los gran¬des como Manuel Vallejo.

Era pues un espectáculo de primera categoría, comparable a los que se podían ver en Sevilla, que por primera vez los cantillaneros podían ver gratis en la plaza pública de su pueblo, con motivo de las fiestas pastoreñas.

Por ser el primero y haber levantado la lógica expectación en el pueblo, así como un entusiasmo general entre los pastoreños, el espectáculo sufrió las iras y el enojo de los envidiosos de siempre, que trataron de boicotearlo desde una de las casas de la plaza del Llano, haciendo sonar latones y cacerolas, hasta el extremo de tener que interrumpirse temporalmente para que don Manuel Ríos Sarmiento pidiese desde el escenario la intervención de las fuerzas del orden.

Tanto gustó que en años posteriores se siguieron organizando, haciéndose habituales en los días de las fiestas pastoreñas y, por mimetismo como se ha dicho, generalizándose en otras.

Las más conocidas y populares estrellas del flamenco y la canción española del momento, ídolos de generaciones a través de la radio, desfilaron por el tablao pastoreño de la plaza del Llano, tanto en los días de la novena como posteriormente en los del besamanos y la romería.

En los años cuarenta empezó a actuar con su espectáculo el famoso Pepe Pinto, que pronto se convertiría para los pastoreños en el más querido e idolatrado de los artistas, junto a él pasaron otros como El Cojo de Huelva, Maleni Loreto, Pepe El Culata,. Carmen Mora, Pericón de Cádiz o la conocida Carmen Florido, con la que el Pinto protagonizó el espectáculo España canta.

¡Qué bonito es de mañana
el campo lleno 'amapolas!
Más bonita y más galana
es la Divina Pastora
del pueblo de Cantillana.


(Recuerdo de sentimiento. P. Pinto)

En 1956, el 16 de septiembre, último día de la novena, se presentó el espectáculo Bravas canciones, con Lola Carmona y Luis Rueda, en el que también intervenía Antonio el Sevillano, y el 30 de septiembre, Así canta Andalucía, con Pepe Marchena, La Niña de Antequera, Manolo el Malagueño y Canalejas, todos ellos primeras figuras del momento.

Este año los pastoreños
estamos de enhorabuena.
Tenemos a Pepe Pinto
y La Niña de Antequera.


(Popular)

El espectáculo de 1958 lo cerraba la famosa Imperio de Triana y el de 1959 levantó gran revuelo por la presencia de Marifé de Triana que, además de presentar su montaje musical, participó como una romera más en la romería de aquel año.

Hasta principios de los años sesenta estuvo presentando su espectáculo Pepe Pinto. Fue él, entre todos, quien se ganó a los pastoreños, como hemos señalado. Sus fandangos y composiciones dedicados a la Divina Pastora ponían en pié al público entero de la plaza del Llano, entre el que siempre se encontraba su mujer, la célebre Pastora Pavón Niña de los Peines, que veía la actuación de su marido desde la puerta de Pilar Capitán, Pilar la de los liebros, cuya casa servía de improvisado camerino. Antes de comenzar el espectáculo ambos acudían a besar la mano de la Divina Pastora en la parroquia.

Porque te llamas igual
que la mía compañera,
te llevo en el corazón
iPastora cantillanera!

(La mía compañera. P. Pinto)

En testimonio de su devoción ambos regalaron a la Virgen una pulsera de oro, que se conserva en su ajuar.

Tanto Pepe Pinto, como La Niña de Antequera dejaron gravadas composiciones dedicadas a la Divina Pastora de Cantillana, que se conservan como reliquias que recuerdan su paso por las fiestas y el protagonismo que en ellas tuvieron. Estos discos reproducidos en los primeros picús que llegaron al pueblo competían por escucharse por encima de los de cualquier otro artista, subiendo el volumen y colocando el altavoz cerca de alguna ventana para que se escucharan desde la calle.

Rebosante de alegría
te adora a Ti el pueblo entero
y yo te ve, Madre mía,
del cielo el mejor lucero.
Por que siendo la Pastora
Divina de to 'as las almas,
mi cantar es la oración
que te ofrezco en alabanza.

(Pastora Cantillanera. La Niña de Antequera)

En los años sesenta llegaron nuevas modas y nuevas maneras de diversión y estos espectáculos empezaron a decaer, imponiéndose otros tipos de música. Llegaron los bailes y los conjuntos modernos y todos estos artistas y este tipo de festejos pasaron a formar parte de la memoria y la añoranza de los que los conocieron y vivieron. Para ellos los recordamos y para los demás los sacamos a la luz, por el protagonismo destacado que tuvieron en nuestras fiestas pastoreñas de septiembre.
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Florencio Arias Solís
Publicado en la Revista Cantillana y su Pastora nº 16, 2011.

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