La familia Sáenz de Tejada, encargó este cuadro de lienzo pintado al óleo —que representa a la Virgen cantillanera desde una interpretación del propio autor— al pintor sevillano Ángel Magaña en la década de los 40 del pasado siglo. Magaña fue un artista que realizó una ardua tarea de restauración y policromía de muchas de las imágenes sagradas saqueadas durante la República y la Guerra Civil.
A él acudieron las hermanas Sáenz de Tejada y López para que les pintase de la manera más fidedigna la imagen de la Divina Pastora como ellas la veneraban en Cantillana, con la intención de que presidiera el salón principal de su casa, en la calle Real número 27 de Cantillana, donde actualmente se encuentra. Con el pintor llegaron incluso a discutir cuando, por mor de la interpretación, el artista introducía en la composición elementos contrarios y una visión personal que distanciaba el parecido de la pintura con el modelo o referente.
El difícil carácter del artista o las excesivas exigencias quizá de las clientas hizo que, tras varias visitas, lo que se preveía una representación exacta de la Divina Pastora de Cantillana quedaba al final de esta forma tan curiosa: paisaje de tonos agrisados y oscuros, túnica blanca y manto rojo en la Virgen y un peculiar tratamiento de su rostro y gesto que, sin perder la conexión con el modelo, se aleja conscientemente de sus formas y colores, creando una personalísima representación de la célebre imagen.
Luis Manuel López Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario