Las galeras y los romeros cruzan el puente del Viar camino
del Olivar de Lapola, en la primera romería del año cincuenta y dos. Aquella
gira campestre que por iniciativa del propio pueblo con el respaldo del
director espiritual de la hermandad, fray Claudio de Trigueros, se dirio al
pago de los Pajares, donde años más tarde se bendeciría la Ermita dedicada a la
Divina Pastora.
Llama la atención la abundacia de eucaliptos junto al
puente, habiendo árboles en ambos lados de la carretera y no solo a la derecha
como en la actualidad, como dato curioso el puente que todos conocemos como “del Viar” se llama originariamente,
puente de Santo Domingo en honor del Santo del maestro de obras que se llamaba
precisamente Domingo. De esta forma el Puente está dedicado al fundador del
Rosario, rezo indisolublemente unido a nuestra hermandad.
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