martes, 3 de septiembre de 2013

Imposición del Cayado de oro y piedras preciosas.



Hoy traemos a la sección de Memoria gráfica una fotografía que aunque nos puede resultar reciente, va a cumplir el próximo día 8 de Septiembre los diez años. Fue sin duda un momento apoteósico dentro de la época de mayor esplendor de nuestra Hermandad, el culmen de un año plagado de celebraciones extraordinarias conmemorativas del III centenario y que tuvo como antecedente las celebraciones del año jubilar del año 2000, y la magna celebración del L aniversario de nuestra popular Romería durante el 2001 y el 2002.

Como acto central del III centenario, tres siglos después de que Fray Isidoro de Sevilla presentara la advocación pastoreña, El llano se convirtió en una nueva Alameda de Hércules en la que el pueblo de Cantillana reunido a las plantas de su Reina y  millares de foráneos que llegaron para tan magno acontecimiento, y bajo el monumental arco de triunfo conmemorativo del tercer centenario, recibió la Divina Pastora el Cayado de oro que su pueblo le regaló como máximo exponente material de la arraigada devoción tres veces centenaria y del amor desbordado por la Reina de los cielos bajo el titulo de Divina Pastora en Cantillana.

La fotografía capta el momento en que el padre provincial de los Capuchinos, fray Juan Jesús Fernández Linares, le impone a la Virgen el mencionado cayado junto a este, el Padre Álvaro Román que cantó su primera Misa días después ante el Risco. Un momento memorable, difícil de olvidar en los corazones de los miles de pastoreños que fueron testigo y que dieron todo en la medida de sus posibilidades para llevar a cabo esta celebración y realizar el báculo de una forma conjunta y unificadora para mayor gloria de la Divina Pastora de nuestras almas. 

4 comentarios:

antonia dijo...

Esto fue inolvidable, tengo los pelos de punta nada mas de ver la foto, que orgullo madre mía ¡viva la pastora divinaa!!

Anónimo dijo...

un acto memorablee fue de locura

Anónimo dijo...

Uno de los momentos más especiales que vivimos junto a la Pastora, esto quedó grabado con letras de oro en la historia de la hermandad.

Anónimo dijo...

Fue impresionante, cuantos momentos nos has reglaado Pastora divinaaa