sábado, 7 de septiembre de 2013

Hace una década de 2003. Aquel año irrepetible e inolvidable.

(2ª parte. Los momentos álgidos: 8 septiembre de 2003)


Sin duda, el punto álgido de la celebración del tercer centenario tuvo lugar en Septiembre,  en el marco de las fiestas mayores pastoreñas.

El 24 de agosto, en la Casa de la Cultura de Cantillana, tuvo lugar el acto de presentación de los actos centrales del III centenario, allí mismo se hizo presentación del cartel conmemorativo, obra de nuestro hermano, el pintor local José Naranjo Ferrari. El joven artista cantillanero, estudiante de Bellas Artes, fue el autor del cartel anunciador de la Fiesta Mayor del 8 de Septiembre, al que este año, con  motivo del tercer centenario, se le quiso dotar de mayor realce utilizando una pintura para anunciar la celebración. Naranjo Ferrari plasmó en lienzo la imagen de la Divina Pastora venerada en Cantillana siguiendo la iconografía que fijara fray Isidoro de Sevilla, y distribuyendo la composición en tres franjas de color simbólicas de los tres siglos de devoción pastoreña. El cuadro recoge el bosquejo de la escena de la presentación de la nueva advocación mariana en la sevillana Alameda de Hércules el 8 de septiembre de 1703. Curiosamente, el cayado que sostiene la Virgen es el que estrenó este año. Así mismo, en el acto, se invitó a los hermanos a participar en los cultos y colaborar en la decoración del arco triunfal efímero que ese mismo día se empezó a instalar en la céntrica plaza del llano para conmemorar las efemérides.
El pregón del III centenario el día 30 de agosto, predispuso
a los pastoreños  a celebrar la efemérides.


El sábado 30 de agosto, en el mismo lugar, se celebró el pregón conmemorativo del III centenario, a cargo de nuestro hermano Rafael Mejías Esteban, asistieron al acto todas las autoridades locales y representaciones de hermandades y colectivos de la Villa; el escenario se decoró con una gran alfombra a modo de tapiz y una pintura de grandes dimensiones de la Divina Pastora. Participó la banda de música de Ntra. Sra. Del Carmen de Salteras, que interpretó las marchas: Coronación de la Macarena, Pastora de Cantillana y Campanilleros, finalizando con los himnos de la Divina Pastora, de Andalucía y de España.

El domingo 31 de agosto a las nueve de la noche hizo su entrada en la Villa la banda del Carmen de Salteras que recorrió las calles del pueblo. A las doce en la Iglesia parroquial se inició con toda la solemnidad acostumbrada el traslado de la Imagen de la Divina Pastora desde el camarín hasta la capilla mayor para ser entronizada en el Risco. Una vez llegada hubo repique general de las campanas de la torre como es costumbre, y se cantaron la Salve Solemne y el Himno Pastoreño.

El viernes 5 de Septiembre, a las diez de la noche, se bendijo e inauguró el monumental arco de triunfo erigido en la Plaza del llano. En el acto participaron las bandas de cornetas y tambores de la Salud de Huelva y la de Ntro. P. Jesús del Gran Poder, de Coria del Rio. El arco, que causo gran admiración desde el inicio de su montaje, fue diseñado por Luis M. López Hernández y construido por la empresa Ferrovial y decorado por numerosos hermanos pastoreños que colaboraron en su montaje siguiendo las directrices del autor del proyecto. Sus medidas y proporciones fueron todo un reto en Cantillana que nunca en su historia había conocido un montaje de estas características.

El  montaje del arco monumental levantó la expectación
de todos los cantillaneros.

Estaba formado por tres vanos representando los tres siglos de la advocación. El vano central de mayores proporciones quedaba rematado por un tímpano semicircular que junto con una gran guirnalda de laurel evocaba el orbe coronado por una gran escultura de Fray Isidoro enarbolando el Simpecado de la Divina Pastora.  Escoltaban el vano central dos grandes columnas que evocaban las de la Alameda de Hércules de Sevilla, donde fray Isidoro presento al mundo la nueva advocación de María, rodeadas de guirnaldas de laurel. La inscripción “Bendita la hora que el Mundo te vio”, lema del III centenario en Cantillana, proclamaba el motivo de la efemérides desde el dintel central. Los vanos laterales  se coronaban con sendas pinturas sobre lienzo en las que se representaba la aparición de la Divina Pastora a fray Isidoro de Sevilla y el refrendo de la advocación y constitución de su fiesta propia, por el Papa Pio VI en presencia del Beato Diego José de Cádiz, obras de José Naranjo Ferrari y Félix León López. Las citas bíblicas: “Oh tú la más hermosa de las mujeres, sal tras las huellas de tu rebaño” del cantar de los cantares, e “Y nosotros que somos tu pueblo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias eternamente”, coronaban los dinteles de los arcos laterales.
El arco del III centenario supuso un hito histórico
en la historia de nuestro pueblo.


Días antes del comienzo de la novena, y hasta el día 6, se expuso públicamente en la casa-hermandad, el nuevo cayado-báculo de oro y piedras preciosas, fundido en Córdoba como regalo del pueblo Pastoreño de Cantillana a la Virgen en el III centenario pastoreño, los vecinos y devotos pudieron admirar esta pieza singular de joyería que supondría a partir de entonces uno de los mayores tesoros del patrimonio de la Hermandad, no ya por su importante valor material sino por la importancia de su simbolismo religioso y afectivo.

Este fue, sin duda, el estreno que marcó las celebraciones de este año. Un total de cuatro kilos y medio de oro de 18 kilates, fruto de las donaciones de los devotos de la Pastora, y más de dos mil piedras preciosas entre brillantes, rubíes, esmeraldas, zafiros, perlas y corales, componen esta joya que fue modelada, fundida, repujada y cincelada por el artista cordobés Manuel Valera según el diseño presentado.
En enero, se inició el plazo de recogida de donativos en metálicos y de joyas para su posterior fundición. La respuesta de los hermanos y devotos rebasó todas las expectativas y, a un mes del inicio de la recogida de oro, se habían completado los cuatro kilos y medio necesarios para la ejecución de la pieza.

El proceso comenzó con la fundición del oro recogido y su afinamiento para convertirlo en lingotes de oro fino  de 18 kilates. Posteriormente, Manuel Valera inició su labor de modelaje de las distintas piezas que, una vez fundidas y cinceladas, fueron cuidadosamente engastadas con las piedras preciosas, la gran mayoría adquiridas para este fin, y otras extraídas de las distintas joyas donadas por los particulares.

Manuel Valera, autor del proceso, es un prestigioso diseñador y modelista de joyas cordobés que realizó, entre otras obras, la corona de la Coronación de la Virgen del Valle de Sevilla. Valera considera el nuevo cayado de la Divina Pastora de Cantillana una de sus obras maestras. Concluida la pieza, se puso de manifiesto, y todos elogiaron la belleza del nuevo báculo y la perfección de sus formas y exquisita ejecución.
En la víspera del 8 de Septiembre recorrió las calles de Cantillana
el Rosario magno, donde participaron los tres Simpecados
históricos de la Hermandad.


El sábado 6, dio comienzo la Solemne Novena anual en honor de nuestra Titular, que con motivo del aniversario estuvo predicada cada día por un orador distinto: El día 6, fray Juan Jesús Linares Fernández, Ministro provincial de los capuchinos de Andalucía; El día 7, D. Manuel Soria Campos, Delegado Episcopal de HH. Y CC. ; El día 9, D. José Gutiérrez Mora, Canónigo y Párroco del Sagrario de la Catedral de Sevilla, el día 10, Monseñor Rafael Bellido Caro, Obispo emérito de Asidonia-Jerez; el día 11, D. José Luis Peinado Merchante, Capellán Real y canónigo de la Catedral de Sevilla; el día 12, D. Manuel Vázquez Vázquez, Canónigo de Sevilla y Hermano de nuestra Hermandad; el día 13, nuestro hermano fray Joaquín Pacheco Galán, del Convento franciscano de Loreto; Y el día 14, último de novena, D. Antonio Bueno Montes, canónigo de la Catedral de Huelva.

La Víspera de la Fiesta Mayor de nuestra Divina Pastora, la Virgen aparecía en el Risco sin báculo, puesto que se le iba a ofrendar al día siguiente, tan sólo unas rosas blancas portaba su mano izquierda. Al finalizar la novena, a las doce de la noche, se celebró como es tradicional el Santo Rosario por las calles del pueblo, que este año con motivo de la efemérides del tricentenario revistió carácter extraordinario, convocándose a que participaran en el mismo, no solo a las hermanas como es costumbre, sino también a los hermanos varones y representaciones de hermandades y autoridades. A esta especial manifestación religiosa se le denominó “Santo Rosario Magno”, y se quiso conmemorar en él, aquel primer Rosario que presidido por la Divina Pastora, realizó fray Isidoro el 8 de Septiembre de 1703.
Al tradicional Rosario de hermanas se sumaron
dos tramos más con los hermanos y las
representaciones de distintas hermandades y autoridades.


El Santo Rosario estuvo presidido por los tres simpecados históricos de la Hermandad que dividían a su vez los tres grandes tramos de participantes. En primer lugar tras la banda de cornetas y tambores de Coria del Rio, abría marcha la cruz de guía de plata de 1816, acompañada de faroles repujados que abrían el tramo de hermanas en dos filas y por edades como es costumbre, cerrando este tramo las señoras de mayor edad con mantilla española y el Simpecado de gala seguido de la banda de música Ntra. Sra. De la Soledad de Cantillana, escoltado por las Peanas. A continuación se iniciaba el tramo de hermanos varones que lo abría el guión del Redil Eucarístico escoltada por faroles de plata que abría a su vez de hermanos con cera roja. Un segundo tramo de hermanos, el de los de mayor antigüedad, lo abría la bandera del voto de la Realeza escoltada por el  fiscal con el libro de reglas y otro oficial con varas. Cerraba el tramo de hermanos, el Simpecado fundacional escoltado por faroles.

El tercer tramo lo formaba las representaciones  de numerosas Hermandades con sus estandartes y varas por orden de antigüedad, en primer lugar las hermandades de la Divina Pastora y posteriormente las hermandades locales cerrando la Archicofradía Sacramental y posteriormente el estandarte corporativo de nuestra Hermandad. Finalmente los hermanos mayores de las Hermandades, la corporación municipal al completo, una ante presidencia formada por las primeras autoridades locales y la presidencia con el Hermano Mayor, el Delegado de Hermandades y Cofradías,  el Párroco y una representación de la orden capuchina. Cerraba el magno cortejo el Simpecado con la pintura primitiva y fundacional de la Divina Pastora de Cantillana acompañado por faroles de plata y la banda de música de Ntra. Sra. Del Carmen de Salteras. A la salida de cada uno de los Simpecados se interpretó la Marcha Real y se dispararon Salvas de Cohetes y durante todo el recorrido, numerosísimo público contempló el insólito cortejo.

El primitivo Simpecado de la Divina Pastora cerraba el tramo de los hermanos.

Representaciones de las hermandades locales y
de la Divina Pastora de otros lugares, así como
todas las autoridades de la Villa antecedieron
al Simpecado rojo que cerró el histórico
y  magno cortejo.
El día 8, fiesta de la Sacrosanta Natividad de la Santísima Virgen y Fiesta Mayor de la Divina Pastora, día en que se conmemoraba los III siglos de la advocación pastoreña, amaneció el pueblo radiante, adornado hasta el último rincón. Los balcones engalanados con colgaduras, banderas, mantones y numerosos cuadros de la Divina Pastora que proclamaban la efemérides de su doble nacimiento. Un sinfín de cohetes lanzados desde todos los sectores del pueblo, anunciaban el día grande de Cantillana y la banda de música Ntra. Sra. De la Soledad de nuestro pueblo recorrió las calles en alegre diana.


A las diez y media de la mañana se rezaron las preces del tercer día de la novena y seguidamente dio comienzo la Solemnísima Función principal de Instituto que fue oficiada, por delegación del Sr. Arzobispo de Sevilla, por el Ilmo. Sr. D. Antonio Domínguez Valverde, vicario general de la Archidiócesis. Numerosos sacerdotes concelebraron en la Misa entre ellos el ministro provincial de los Capuchinos. Asistieron representaciones de las hermandades y todas las autoridades locales con el Sr. Alcalde al frente y una representación de la Guardia Civil encabezada por los mandos comarcales del acuartelamiento de Lora del Río.
En el ofertorio junto a las ofrendas litúrgicas, fue ofrecido el nuevo cayado de oro y piedras preciosas que portaba en representación de todo el pueblo pastoreño el hermano Mayor de la hermandad, Antonio Castaño Villalón. Durante este momento el coro interpretó la antigua copla conocida por “la pradera” cuya última estrofa proclama el lema de este tricentenario: “Bendita la Hora que el Mundo te vio”, acompañada por órgano y violín. Al finalizar la función se dio lectura a la especial Bendición Apostólica de Su Santidad Benedicto XVI a la Hermandad y devotos de la Divina Pastora con motivo del centenario y se impartió la Bendición Solemne.

De forma excepcional para dar lugar al gran acto de la plaza del llano,
la Divina Pastora salió de su parroquia a las nueve de la noche.

A las nueve de la noche, una hora antes de lo habitual, salía de la Parroquia en procesión triunfal de gloria, la Divina Pastora de las Almas, exornado su paso con infinidad de varas de nardos, a la salida se disparó una atronadora e interminable salva de cohetes mientras que las campanas de la torre parroquial repicaban incesantemente. La Virgen  aparecía sin su cayado y la procesión trascurrió con un fervor  y entusiasmo, si cabe, mayor que el de costumbre. En la calle Martin Rey, el Padre José Vicente Ortiz Bohórquez, le quitó el sombrero a la Virgen bajo una inmensa lluvia de pétalos de rosas, suelta de palomas y  fuegos artificiales.
El padre Vicente Ortiz Bohórquez despojó
a la Santísima Virgen de su sombrero en la calle Martin Rey.


En la Plaza del Llano, ya se congregaba multitud de personas para asistir al acto de imposición del nuevo cayado que tuvo lugar posteriormente, mientras la Virgen recorría el tramo comprendido entre Martin Rey y el arco conmemorativo, se organizó desde la casa de Doña Rosario Morejón en Martin Rey, una procesión con el báculo, portado por el sacerdote Vicente Ortiz Bohórquez, en la que participaron, antecediendo, los hermanos mayores de las hermandades locales y representación de la Hermandad de la Divina Pastora y precediendo al báculo, el Ministro provincial de la orden capuchina revestido de capa pluvial bordada en sedas y oro y confeccionada especialmente para esta ceremonia y acompañado de diacono y subdiácono con dalmáticas igualmente bordadas y posteriormente la corporación municipal y primeras autoridades locales y mandos comarcales en representación del cuerpo de la Guardia Civil que también escoltaba el paso con una pareja de efectivos desde su salida.

Este cortejo se incorporó inmediatamente delante del paso de la Virgen, transitando bajo el arco de triunfo precedido por la banda de cornetas y tambores de la Salud de Huelva con uniforme de gala, finalmente por el vano central del arco hizo su aparición el paso de la Santísima Virgen y la plaza entera, que ya se encontraba abarrotada, incluso las calles adyacentes, como nunca antes se había visto, prorrumpió, en pie, en una sonora y entusiasta aclamación.

La Divina Pastora en su paso bajo el arco del III
centenario, esperaba el instante de recibir la ofrenda de su pueblo.
Una ingente muchedumbre abarrotó como jamás se ha visto,
la plaza principal de Cantillana para presenciar el momento en
que se le colocaba el cayado de oro en manos de su Reina y Protectora.
A continuación dio inicio el acto con la interpretación de la marcha “Estrella Sublime” por la banda de música de las Nieves de Olivares. A continuación se sucedieron los discursos, en primer lugar  las palabras del secretario de la Hermandad, a continuación el Hermano Mayor y posteriormente el Señor Alcalde de Cantillana, entre las intervenciones se interpretaron viarias marchas. Los discursos terminaron con un bello panegírico del Rvdo. P. D. Eduardo Martín Clemens y posteriormente se procedió al ritual de bendición del nuevo cayado según adaptación del ritual de bendición de las coronaciones canónicas, ofició el Ministro provincial de los capuchinos asistido de los diáconos Álvaro Román Villalón y Tomas Álvarez Montes que días después fueron ordenados sacerdotes.
El padre José Vicente Ortiz Bohórquez, encargado entonces de quitarle el
sombrero a la Virgen, portó el cayado de oro hasta el llano.



Finalizada la bendición, tuvo lugar la imposición a la Imagen de la Divina Pastora del báculo de oro de manos de fray Juan Jesús Linares Fernández, ministro provincial de la orden capuchina que fue madrina de este acto. La multitud congregada en la plaza rompió en un largo y atronador aplauso, vítores y aclamaciones, hubo suelta de palomas y el estruendo de cohetes y fuegos artificiales mientras sonaban los acordes de la Marcha Real.

Finalizó el acto con el canto del himno pastoreño. A continuación la Virgen precedida de la junta de gobierno de la hermandad con varas, recorrió el centro de la plaza mientras la banda de música interpretaba la marcha “coronación” de Manuel Marvizón.
La procesión continuó con el entusiasmo y la devoción acostumbrada, al paso por la Alameda se quemó un castillo de fuegos artificiales, como es habitual.

El emotivo instante en que el padre provincial de los capuchinos colocaba en la
mano de la Divina Pastora el cayado desató el fervor del pueblo pastoreño
en aclamaciones y vivas hacia la Virgen.


La Divina Pastora con el valioso cayado de oro que le
regaló el pueblo pastoreño en el III centenario.
Ante ella, cantaría el 15 de septiembre de ese año
su primera misa el Rvdo. P. Álvaro Román Villalón.
La última noche de novena tuvo lugar la tradicional procesión con S. D. M., por las calles adyacentes a la Parroquia, que igualmente tuvo un carácter especial con motivo del aniversario. Para esta ocasión, se trajo desde el Viso del Alcor una preciosa custodia de torre de plata del siglo XIX en la que procesionó el Santísimo Sacramento acompañado de los hermanos portando cera roja y las insignias y reliquias de la misma, cerraba el cortejo el palio de respeto e iba acompañado por las bandas de música del Gran Poder de Coria del Rio y del Carmen de Salteras.

Finalizaron los cultos de la novena como es habitual con la salida de nuevo desde la parroquia del Santo Rosario de hermanas, presidido por el Simpecado de gala y acompañado por las dos bandas de música anteriormente citadas, que concluyó con su entrada en el templo parroquial entre bengalas, salvas de cohetes, los acordes del himno de la Divina Pastora y la Marcha Real.


El lunes 15 de septiembre, día después de la última noche de novena, tuvo lugar en la parroquial, ante el risco de la Divina Pastora, el solemne Cante de Misa de NHD Álvaro Román Villalón, ferviente devoto de la Pastora, que había sido ordenado presbítero el día antes en la catedral de Sevilla, de manos del Arzobispo. Por deseo personal de don Álvaro, celebró esta su Primera Misa ante el Risco, colaborando muy estrechamente la Hermandad pastoreña junto a la Parroquia en todos los aspectos de la organización. Fue presidida por el reciente presbítero  y concelebrada por numerosos sacerdotes. Se interpretaron durante la ceremonia eucarística varios cantos en honor de la Divina Pastora, coplas antiguas de la novena a órgano y violín. La Hermandad, a la que tuvo muy presente don Álvaro le obsequio en esta ocasión tan especial con un cuadro al óleo de la Divina Pastora, obra del pintor local y miembro de la junta de gobierno de la hermandad José Antonio Rodríguez Hidalgo, inspirado en la pintura del cartel del aniversario obra de Naranjo Ferrari.


La procesión Eucarística del último día de la novena, revistió una solemnidad especial, saliendo en procesión el Santísimo en una antigua custodia de plata llevada por costaleros.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es imposible de olvidar, VIVA LA PASTORA DIVINA

Anónimo dijo...

Qué de cosas se hicieron, y el arco del llano fue una maravilla, todo es poco para la Pastora. Enorabuena por este blog.

Anónimo dijo...

Cuantas cosas grandiosas ha hecho nuestra hermandad.

Anónimo dijo...

un año inolvidable para los pastoreños, Viva la Divina Paatora!! Viva con la que nadie puede!!

Rosario dijo...

Con cuanto cariño dieron el oro los pastoreños para que el cayado se hiciese realidad, gracias por recordar momentos tan grandiosos como estos, que son los que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra hermandad.

Anónimo dijo...

Bendita locura la que vivimos en el llano el 8 de septiembre hace 10 años, viva la pastora divina viva siempre la misma viva con la que nadie puede!!!

Manuel dijo...

Todo lo que refleja este artículo supuso un gran acontecimiento para los pastoreños, a la celebración del tercer centenario que se hizo a lo grande con ese gran arco y el rosario magno y todos los actos y cultos extraordinarios que se celebraron, lo más significativo fue el regalo del cayado de oro a la Pastora como ofrenda perpetua del pueblo pastoreño, una pieza de un tremendo valor material pero de incalculable valor sentimental de la que nos sentimos orgullosos. Es imposible obviar la importancia de todo ello, de lo que ahora cumplimos diez años. Felicidades a todos los pastoreños por el día grande que viviremos mañana. Viva la Pastora divina!

Anónimo dijo...

Fue apoteosico, cuantos recuerdos, no he podido evitar emocionarme al leer este articulo y acordarme de aquellos que disfrutaron de todo ello y no estan con nosotros. magnifico blog enorabuena

Anónimo dijo...

Me encanta recordar tan bellos istantes en la vispera del dia mas grande del año viva la pastora divina viva la reina de cantillana viva el 8 de septiembre viva siempre la misma.