lunes, 5 de noviembre de 2012

Pastoreño de corazón (I)



José Manuel Pablo Martinez

El primer pastoreño de corazón que abordamos  es José Manuel Pablo Martínez conocido popularmente entre sus amigos como “el leva”. No es casualidad ni fruto del azar su presencia en esta sección, pues  su vinculación con los que escribimos,  su pastoreñismo desbordado y su trágica y repentina muerte a una temprana edad, nos da pie a darle este más que merecido homenaje a título póstumo.

José Manuel Pablo Martínez, nació en Cantillana en 1972,  pero a los pocos años él y sus padres se trasladaron a Sevilla, donde residió el resto de su vida.  Aun así nunca perdió la relación con Cantillana y mucho menos cuando sonaban los cohetes que anunciaban la llegada de septiembre.  En su pueblo natal residía en la calle Carnicería, esa estrecha y siempre acogedora arteria del casco histórico que une las cuestas del reloj y del sindicato.

Tenía dos grandes pasiones su Real Betis Balompié y su Pastora Divina por eso su devoción pastoreña fue su bandera identificativa, su emblema más representativo junto a los colores “verdiblancos” de su equipo de futbol. Fue fiel colaborador con su hermandad, en especial con aquel siempre bien recordado grupo joven fundado en los años 90, que marcó un antes y un después en nuestra institución por los logros que consiguió y por haberle impregnado los aires de progreso que los nuevos tiempos requerían. En el seno del mismo, junto a sus inseparables amigos Juan Antonio Núñez y Manuel Alés o rodeado de algunos de sus componentes  como Antonio José castaño , Luis Manuel López Hernández, Francisco Manuel Durán …, se vivieron momentos inolvidables y multitud de situaciones anecdóticas  debido a su peculiar forma de ser,  y que ellos cuentan  con la nostalgia de los buenos recuerdos. Entre otras muchas nos relatan la siguiente: En la presentación del audiovisual sobre la historia de nuestra hermandad, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla, donde debido a su reducido espacio no se podía hacer público a todo el mundo, como allegado al grupo joven, se le comentó el acto, con la advertencia de que no podía asistir mucha gente. Él, en confianza, se lo dijo a su madre y ésta a su vez, a sus amigas de Sevilla. Cuando vio la sala llena de las amigas le dijo a su madre “Ya no te digo nada más en confianza, se lo has dicho a ton bloque, a ver donde se sientan ahora Castañito y Antoñito Solís.”

Fue Asiduo en todos los cultos de la hermandad, participó en los montajes del exorno de la calle Martín Rey, del Belén de la Ermita, incansable vendedor de papeletas y loterías, embajador de su pueblo y de su devoción y pastoreño hasta los huesos.  Por todos es recordada su presencia en los preparativos de los cultos, siempre alegrando el momento con su inconfundible voz , lleno de vida, de anécdotas, incansable ensalzador de todo lo referente a nuestra hermandad. Su día más grande no era otro que el 8 de septiembre que lo vivía con la intensidad de los buenos pastoreños, con los nervios a flor de piel y la sonrisa de oreja a oreja, por eso ese día su familia como cada año deposita flores y nardos junto su tumba en el cementerio de Cantillana, donde reposan sus restos.

Su última y orgullosa colaboración, antes de su inesperado fallecimiento en octubre de 2009, fue la donación de la oveja “de la patita levantá”, la cual entregó a la hermandad en la ofrenda de la Función principal de instituto del día 8 de septiembre de 2008 y cuyo documento fotográfico se muestra junto a estas líneas . Un regalo que sufragó con los ahorros de mucho tiempo y que tiene el privilegio de permanecer las 24 horas del día de los 365 días del año junto a la virgen de sus amores. Esa oveja  representa a la Iglesia triunfante, las almas que han alcanzado la vida eterna como la de José Manuel, este pastoreño de corazón que a buen seguro goza de la presencia de la Virgen con los atuendos de Pastora.

Su familia y en especial su madre doña Carmen Martínez Núñez, a la que desde estas líneas saludamos cordialmente, deben sentirse orgullosos de haber tenido entre sus miembros a un pastoreño ejemplar.
Valgan estas líneas como reconocimiento a su labor. Rogamos a todos los lectores que oren una oración por su eterno descanso. Que la Pastora Divina lo tenga en el Redil eterno del cielo. D.E.P.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un artículo precioso y muy emotivo. No hay cosa más grande que ser Pastoreño de corazón, como bien lo fue y lo seguirá siendo Jose Manuel.

Anónimo dijo...

Precioso articulo, José Manuel fue un gran pastoreño, merecedor de un reconocimiento como este.

Anónimo dijo...

Un gran Pastoreño!!! ahora estará gozando con la Pastora en el Risco del cielo.