miércoles, 12 de septiembre de 2012

Un nuevo 8 de Septiembre, único


Crónica del día de la Pastora

Aunque con los ritos y momentos de siempre, aunque con la misma emoción de siglos, cada ocho de septiembre, día de la Divina Pastora, fiesta mayor y principal de nuestro pueblo, es único e irrepetible. Este año se ha vuelto a constatar, en nuestras retinas, en nuestros oídos y en nuestra alma ha quedado grabado otro 8 de septiembre, redondo y emocionante.

Desde que la diana musical y las salvas matinales anunciaban la fiesta y la gala, muchos fueron los momentos que revivimos con entusiasta actualidad, y aunque hagamos lo mismo de cada año nos parece que es la primera vez de todo, porque todo lo vivimos  con el apasionado gozo de lo exclusivo.

Con menos cohetes que de costumbre, debido a la crisis y al abusivo precio de los mismos, despertó el pueblo mientras los sones de la banda de música de Cantillana, que últimamente viene sonando con bastante calidad, alegraban las primeras horas de la mañana. La  Misa de Alba, que iniciaba los cultos de tan grata jornada, destacó por la concurrencia de fieles que asistieron. Poco antes de las once de la mañana llegaba a las puertas de la Parroquia, Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, que presidió la Solemne Función Principal de Instituto que seguidamente dio comienzo; fue además concelebrada por el párroco de Cantillana, el Rvdo. Padre Álvaro Román, el capuchino predicador de la novena, fray Ángel de León y el secretario del Sr. Arzobispo.

La Función se celebró como siempre, aunque en esta ocasión y después de cuarenta y dos años se volvió a una ceremonia en la que los cantos, litúrgicos y en honor de la Divina Pastora, fueron interpretados íntegramente con órgano y violín, así lo decidieron los responsables de la junta de gobierno, para dar mayor solemnidad a la misa. Aunque para muchos pastoreños lo que se ganó en solemnidad, quizás se restó en emotividad… para gustos los colores.

El coro de la Hermandad -unido y reforzado desde el pasado mes de abril, según un acuerdo ejemplar promovido de forma encomiable por nuestro amigo Melitón Martínez- hizo un gran esfuerzo, pues en tan solo unos días ensayó y preparó los cantos litúrgicos y los estribillos de las coplas del coro. Enhorabuena a sus dos directores y especialmente del tenor y miembro del coro, José Antonio Ferrari, sobre el que la junta de gobierno depositó la responsabilidad para que la parte musical de la función reviviera las características de otros tiempos. Él mismo, coordinó a violinistas, organista y voces, llegando también a interpretar varios solos, como el de la emblemática copla “la pradera”, el solo de “Gloria a Ti o el aria “por Ti suspira el alma.

Muy bellas fueron las palabras del arzobispo en su homilía sobre la Natividad de la Virgen y sobre la responsabilidad que como cristianos y pastoreños tienen los hermanos de la hermandad de ser coherentes con el evangelio y llevarlo a la práctica con su vida, siempre esperanzados y confiados en Dios.

En el ofertorio, se hizo la Protestación de Fe y la renovación del voto y juramento de la Realeza y Mediación Universal de la Santísima Virgen, en los que participaron numerosos hermanos varones así como la junta de gobierno, autoridades y representaciones de la totalidad de las hermandades del pueblo que asistieron invitadas a la función. Durante el juramento el coro interpretó numerosas coplas antiguas de la Divina Pastora como “Quisiera subir al cielo”, “Que grande te ven mis ojos”, “Dulce Madre” o “Límpida estrella”.
Junto a las ofrendas litúrgicas del pan y del vino ofrecieron también varios ramos de flores los diferentes grupos de la hermandad y algunas de las donaciones de este año como la gaita en plata de ley ofrecida por la escuela de tamborileros de la Hermandad para el Divino Pastorcito y ejecutada por nuestro amigo, el joyero pastoreño Lucio Rodríguez García.

Al finalizar la solemne función, el Arzobispo impartió la bendición solemne y tuvo unas sentidas palabras de agradecimiento al coro, a la Hermandad y a todos los fieles presentes animándolos a continuar y profundizar en esta devoción mariana tan arraigada en Cantillana, y fomentar entre nosotros los lazos de unión y verdadera hermandad. Finalizó la función con el canto de la Salve Solemne y de nuevo el coro, junto a todo el pueblo, entonó el popular himno de “Gloria ati, oh Divina Pastora”.

A las tres de la tarde se procedió a trasladar la imagen de la Virgen desde el Risco a su paso procesional, un emotivo traslado en el cual se rezó el tradicional ejercicio de las Siete Avemarías por las siete letras que componen el dulcísimo nombre de Pastora, como es costumbre en todos los traslados de la Virgen por el interior del templo. Durante todo el día la Iglesia permaneció abierta de par en par recibiendo la visita de numerosos devotos de la Virgen mientras el paso era exornado con las tradicionales varas de nardos en las esquinas y jazmines en la peña, por NN. HH. Los floristas, Antonio Payan y Benito Molero, que desde hace años se encargan de esta labor. La Virgen volvió a procesionar un año más bajo un almendro, rompiendo así la costumbre de los últimos años en los que lo ha venido alternando con el característico y simbólico rosal. Tampoco llevó en el almendro la paloma de plata, símbolo del Espíritu Santa, tradición felizmente recuperada en 2004 y por lo que se ve ha vuelto a perderse al igual que en el árbol del Camarín de la parroquia durante el resto del año.  

Al caer la tarde, hicieron su entrada en el pueblo las bandas de música que acompañarían a la Divina Pastora en la procesión, así como numerosísimos foráneos, muchos de ellos llegados en excursiones de diferentes puntos de la geografía andaluza. Las calles del recorrido, profusamente engalanadas como de costumbre, pronto comenzaron a llenarse de público, así como la parroquia donde horas antes de las diez de la noche de la noche ya había muchos devotos esperando el momento de la salida.

Poco antes de las diez de la noche, hacia su primera levantá el paso de la Divina Pastora entre el entusiasmo y los vítores del pueblo pastoreño, entre ellos se acercó lentamente al dintel de la puerta que fue acariciado por los blancos nardos instantes después entre el repique de las campanas de la torre parroquial, las salvas reales de morteros y cohetes, los acordes del himno nacional y la locura y el fervor desbordado de todos los presentes. Tras el himno nacional, se interpretó la primera marcha de la procesión que fue, como ya es costumbre, la compuesta por Pedro Morales y titulada “Pastora de Cantillana.
Entre palmas y vítores, continuo su recorrido triunfal por la calle Pastora Solís, siendo recibida al final de la calle por el añejo sonido de la campana de la Iglesia de la Misericordia, como desde siempre. Ya en Castelar los pastoreños se predisponían a vivir el momento culmen de la procesión.

La calle Martin Rey aparecía engalanada como siempre, con los arcos de triunfo y la monumental cúpula, obra de los distintos grupos jóvenes que ha tenido la hermandad desde 1991, cuando se inició esta peculiar forma de exornar la calle, que no fue sino la recuperación del exorno que se ponía en esta calle en la primera mitad del siglo XX. El fabuloso espectáculo que ofrece la calle encendida y llena de público instantes antes de la llegada de la Virgen era comentado por numerosos visitantes, admirados ante este cúmulo de artesanía, buen gusto y diseño. Un año más, y van tres, muchos echaron en falta la alfombra de romero que durante años se esparcía por la calle, recuperando también así antiguas tradiciones, y que llenaba con su inconfundible olor a monte el lugar más emblemático de la carrera.

Poco después de la salida de la Virgen, ya en Martin Rey, se congregaba numerosísimo público expectante que vio culminado su anhelo cuando el candelabro de plata del paso asomaba por la esquina de Castelar. Entre fuegos artificiales, vítores y el son, imprescindible en este momento, de la marcha “Pasan los campanilleros” la Virgen avanzaba lentamente rodeada de la multitud hasta el centro de la calle, donde fue depositada debajo de la cúpula efímera.

El momento cumbre de la procesión levantó más expectación, si cabe, en este año, en que el sacerdote pastoreño encargado de despojar del sombrero a la Virgen, ha presentado su enciclopédica obra, el mayor estudio dedicado a la Divina Pastora. El cariño y la admiración del pueblo pastoreño hacia el padre Álvaro, se hicieron presentes nada más entrar este en la casa de la familia Morejón,  momentos antes de la llegada de la procesión, recibiendo un sonoro aplauso, igualmente este cariño se puso en evidencia nada más subir al paso de la Virgen, momento en el que, incluso, se escucharon vivas y elogios a tan insigne Pastoreño.

La Salve Pastora Querida en boca de todos los presentes y los vivas de rigor antecedieron al momento inefable en que la Virgen fue descubierta de su sombrero, una vez más, los abundantes pétalos de rosas, el estallido de luz y de la pirotecnia y los acordes de la marcha real se unieron a los vítores, alabanzas y brazos en alto que como pararrayos recibieron esa tormenta celestial de truenos, flores y gracias.

La Virgen continúo su recorrido por las calles del pueblo. En la plaza del llano bajo el arco de la calle Veredas se quemaron dos palos de fuego, recuperándose así una tradición perdida a finales de la década de los ochenta, pues antaño se recibía en cada calle a la Virgen con estos elementos pirotécnicos.

Todas las calles que desembocan en la plaza principal, así como las calles Real, Antonio Machado, Buenavista y Cantarranas recibieron la visita anual de la Virgen que durante toda la noche fue acompañada de una gran multitud. Durante el recorrido se interpretaron numerosas marchas, algunas de dudosa calidad e impropias de una procesión triunfal como la de la Divina Pastora, que esperamos se eliminen del repertorio para el próximo año. En la Alameda se quemó el tradicional castillo de fuegos artificiales que se ofrece a la Virgen en su día grande desde el siglo XIX.

La calle Cardenal Spínola, conocida por todos como la Cuesta del Reloj, ofrecía otro de los momentos emblemáticos de la noche, cuando entre los sones marciales del “Turuta” la Virgen es llevada en una chicotá prodigiosa por los hermanos costaleros hasta los pies del antiguo torreón.
A las cinco y veinte de la madrugada el paso se situaba a las puertas de la Parroquia y minutos más tardes las ramas del almendro rozaban el dintel superior de la puerta principal de nuestra Parroquia. Repicaron las campanas recibiendo a su dueña y volvieron a aclamarla, junto a ellas, los cohetes, los acordes de la marcha real y los vítores de su pueblo que un año más despedían a la Divina Pastora y al día más grande del año en Cantillana.

¡VIVA LA PASTORA DIVINA!
¡VIVA LA MADRE DEL BUEN PASTOR!
¡VIVA EL 8 DE SEPTIEMBRE!
¡VIVA EL DÍA MÁS GRANDE DEL AÑO!
¡VIVA LA DIVINA PASTORA!

Las fotografías que ilustran esta crónica son una selección de las galerías fotográficas publicadas en estos días en distintas páginas y blogs de internet.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa cronica de nuestro día grande, la función de iglesia fue muy emocionante y solemnisima con ese organo y violin

Anónimo dijo...

la procesion muy mue emotiva con muchisima gente y con al fe y la devocion que sienten los pastoreños siempre por su Pastora divina, personalmente decir que el arbol no me gusto nada, aunque la cara de la pastora esta por encima de todo.

Anónimo dijo...

una cronica perfecta de tan memorable día y unas fotos preciosas.

Anónimo dijo...

que día más grande, Cantillana no conoce otro como este, todo estuvo perfecto, y todos estamos muy satisfechos.

Anónimo dijo...

Estamos de enorabuena con la visita del obispo y la funcion tan preciosa que hemos tenido. La procesión como todos los años fue indescrptible, muchisia gente de fuera que vinieron a postrarse a los pies de nuestra Pastora divina.

Anónimo dijo...

aunque me considero partidaria del coro flaenco, me encanto la funcion de iglesia, ojala se repitiese porque estuvo a pedir de boca

Anónimo dijo...

que dia mas grande, fue completo como siempre, el Padre Álvaro me emociono muchisimo, no hay otro como el. viva la pastora divina

Anónimo dijo...

para mi lo más destacado de este año ha sido la funcion que ha estado maravillosa con el organo y el violin, la junta de gobierno deberia plantearse repetirlo, porque ha quedado genial.