El paso, es el primero con canastilla de madera dorada y los pequeños candelabros de las esquinas. A pesar del paso del tiempo, en esta fotografía vemos multitud de elementos que se han mantenido y que por ello se han convertido en imprescindibles en el concepto visual de la Pastora y su paso procesional, como el rosal de flores contrahechas o la peña de corchos que a modo de peana sirve de trono a la Divina Pastora que luce el cayado más antiguo que conserva, el de plata dieciochesco. En el cuello de la Virgen puede adivinarse las mismas joyas con que procesiona actualmente, mientras que la Virgen es acompañada por su primitivo conjunto de ovejas y la imagen de San Miguel.
Parece ser que esta fotografía fue realizada en el patio de la Parroquia, y con ella se abre la larguísima producción fotográfica que a lo largo del tiempo ha perpetuado la Divina Pastora en algún momento, Imagen veneradísima a la que desde el siglo XVIII acudieron los cantillaneros en sus tribulaciones y aflicciones y que como bien nos muestra este documento fotográfico, siempre fue la misma.
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