Eres luz que alumbra mi sendero.
Eres rosa florida de abril.
Eres sol, eres luna, eres fuego,
Luminaria que alumbra el sendero
que me llevará un día hasta ti.
En tus manos pongo mi esperanza,
a tus pies pongo mi corazón
y en mi boca esta dulce plegaria
que se vuelve flor en mi garganta,
implorando, Pastora, perdón:
Perdóname, dulce Pastora,
dime el camino que he de seguir.
Desde la noche hasta la aurora,
sin detenerme llegaré a Ti.
Si algún día, Pastora del alma,
me faltara tu luz y tu amor,
senté que me ahoga la pena;
no podría arrastrar las cadenas
que este mundo al nacer me colgó.
Suplicando a tus pies de rodillas,
Vengo a hablarte con el corazón
que tu mano, azucena florida,
de mi alma borre las heridas
con tus dulces palabras de amor.
Perdóname, dulce Pastora,
dime el camino que he de seguir.
Desde la noche hasta la aurora,
sin detenerme llegaré a Ti.
Pastora Morejón Maqueda
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