lunes, 11 de junio de 2012

Iconografía de la Pastora de Cantillana: Azulejo polícromo

Preciosa cerámica es la que conserva el matrimonio Barrera Macías en la casa número 52 de la calle Polvillo. Esta pieza fue propiedad de Ana Sayago Bullón, quien la encargó en la fábrica sevillana de Ramos Rejano para su domicilio de la calle Serafín Sastre. Está ejecutada por la mano del ya conocido Alfonso Chaves, pintor cerámico empleado de la fábrica de Rejano, que ejecutara en 1952 el retablo de la puerta de la iglesia. Tras este encargo le llegaron otros muchos, entre los que destaca el que se conserva en la casa de la familia Morejón Oliveros, que es singularmente hermano de éste, pues en los dos utilizó como modelo una popular fotografía que sirvió también para realizar las medallas del Redil en 1944.

Se presenta a la Divina Pastora en un espacio de 42x55 centímetros, humanizando de forma idealista la imagen que Cantillana venera. En un paisaje campestre, como es acostumbrado, la Virgen presenta toca y sombrero, así como el cayado y la diadema y el bello conjunto de lazo y cadenas de oro y diamantes, histórico aderezo de nuestra Pastora.
Por último, hemos de aludir a la incorporación en ambas representaciones del simbólico almendro que respalda la escena. El almendro florecido es tomado iconológicamente como testimonio de Dios vigilante. Así lo vio el profeta Daniel en una visión recogida en su libro. De esta manera, la Madre de Dios aparece representada en Cantillana como Pastora vigilante de sus almas, acompañada de su hijo, mostrado como Pastor y cordero y respaldados por el almendro ―Díos Padre― de donde surge el Espíritu Santo que insufla su divino resplandor a la más maravillosa de las visiones.

Antonio Lopez Hernandez

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