Divina Pastora de Santa Cruz de la Palma

Pintura sobre lienzo de la Divina Pastora de las Almas (210 x 162 cm) perteneciente a la parroquia de San Francisco de Asís de Santa Cruz de la Palma. Cuadro de altar de iconografía poco común en Canarias, fue un encargo del matrimonio Acosta Castellano. La tela fue costeada por el cabo del castillo de Santa Cruz del Barrio del Cabo, Claudio de Acosta y lemos y su esposa doña Josefa de la Encarnación Castellano. Ambos se casaron en la Parroquia Matriz de El Salvador de la capital palmera el 11 de agosto de 1712 (según Libro IV de Matrimonios, f 133v) La dama falleció el 28 de octubre de 1752 (Ídem, Libro VII de Defunciones, f 98v).


De la fundación del altar de la Divina Pastora de las Almas, situado en la nave del templo franciscano (hoy desaparecido), hace relación Claudio de Acosta y Lemos en su testamento, otorgado en 1770: "y que mi cuerpo sea sepultado en el convento de mi gran Padre y Patriarca San Francisco, en una de las sepulturas que están inmediatas al altar de la divina Pastora de las almas, el que costeamos yo y doña Josefa de la Encarnación Castellano, mi difunta muger, por la gran devocion que hemos tenido con esta santisima Imagen..." (así consta en el Archivo de Protocolos Notariales de Santa Cruz de La Palma, escribanía de Bernardo José Romero, caja nº 8, 16/11/1770).

En 1747, don Claudio de Acosta ajustó, como hermano de la Orden Tercera de San Francisco, las pinturas y el dorado del retablo de la capilla de esta hermandad con Juan Manuel de Siliva. Como pintura de altar, lleva al pie inscripción alusiva a las indulgencias concedidas por el cardenal Arias, arzobispo de Sevilla, a todos los que rezasen un avemaría ante el cuadro: EL EMINENTISIMO S. CAR(DENAL) ARIAS AR(ZOBIS)PO DE SEVILLA CONCEDIO (roto)AS DE INDULGENCIAS A LOS QVE RESAREN VN AVE MARIA A ESTA S(ANTA) IMAGEN.

Conforme a la iconografía del tema, de origen sevillano, la Virgen, coronada por dos ángeles, aparece sentada en medio de un bucólico paisaje campestre, vestida a la manera de las pastoras o zagalas y rodeadas de ovejas, alegría de las almas, a quienes da de comer rosas, símbolos a su vez del Rosario, el arma para vencer al demonio. Al fondo, el Arcángel San Miguel (patrón de la Isla de La Palma, cuya capital es Santa Cruz de la Palma) sale en socorro de una de las ovejas para salvarla del ataque del lobo.

El tema, que responde con exactitud a la visión milagrosa que el padre capuchino Isidoro de Sevilla contempló en 1703 en su convento sevillano, fue conocido en el Archipiélago Canario e Hipanoamérica a través de la estampa grabada, de la que sin duda, se valió Juan Manuel de Silva para su composición.