domingo, 8 de abril de 2012

La Resurrección del Señor

Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días resucitaré." Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: "Resucitó de entre los muertos", y la última impostura sea peor que la primera.»



Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»


Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.


De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.


Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.


Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.


Evangelio de San Mateo 27.62-66, 28 .2-4

La fiesta de Pascua es el centro del año cristiano. La resurrección de Jesús constituye el fundamento sobre el cual se asienta y gira toda la vida del cristianismo. Por eso es la fiesta máxima de la cristiandad. Juntos hemos celebrado el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. Hoy se proclama que Jesucristo ha resucitado. Desde hoy el Señor nos ilumina con su Gloria.

Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan creído en él y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre (cf. Jn 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos, anunciando así su propia Resurrección que, no obstante, será de otro orden. De este acontecimiento único, El habla como del "signo de Jonás", del signo del Templo: anuncia su Resurrección al tercer día después de su muerte.

No hay comentarios: