jueves, 19 de mayo de 2011

La medalla y el cordón

Anverso y reverso de la medalla de los hermanos de la Divina Pastora de Cantillana: la medalla del Redil. En el centro, el cordón de seda trenzado en blanco y celeste donde se ensarta la medalla.

Desde su fundación, las hermanas de esta Corporación pastoreña de Cantillana, tenían como distintivo, para todos sus actos de culto, un escapulario en tela con la imagen de la Divina Pastora en la parte delantera y el anagrama de María en su parte trasera, confeccionado en su totalidad con los colores celeste y blanco, colores con los que se identifica esta Hermandad pastoreña. Cuando el Padre Claudio funda en Cantillana el Redil Eucarístico de la Divina Pastora, la Hermandad pasa a tener como distintivo, y símbolo unificador de todas sus hermanas, y desde ahora también hermanos, la medalla con la imagen de su titular y los emblemas eucarísticos, ensartada en cordón trenzado celeste y blanco.

Esta medalla representa en su anverso la imagen de nuestra titular, la Divina Pastora de las Almas, rodeada por un arco de azucenas, símbolo de la pureza y virginidad de María y en su parte inferior, la leyenda "DIVINA PASTORA DE CANTILLANA". En su reverso muestra un cáliz con la Sagrada Forma y bajo éstos la inscripción "REDIL EUCARÍSTICO DE LA DIVINA PASTORA", todo rodeado por los símbolos eucarísticos, uvas y espigas, cercados por el cordón franciscano. En ella, por tanto, aparecen representadas las dos Instituciones que forman esta Hermandad.

La medalla pastoreña es mucho más de lo que aquí se pueda decir, y sintetiza perfectamente la historia de esta Hermandad cantillanera, al estar presentes en sus caras dos partes importantes de la historia de la Institución. Por su anverso la Hermandad de mujeres, fundada en 1720 por Fray Isidoro de Sevilla, representada por la imagen de la Divina Pastora que siempre lucieron orgullosas en sus escapularios las integrantes de esta Hermandad, y en su reverso la integración de los varones como hermanos con la creación, por el Padre Claudio en 1944, del Redil Eucarístico de la Divina Pastora, representado por los símbolos propios de este. La medalla cuelga de un cordón que trenza dos colores maarianos, símbolos del Redil Eucarístico y distintivos primitivos de esta Hermandad: el celeste y el blanco.
Por ello, los pastoreños hemos de lucir orgullosos en nuestros cultos el emblema que nos une a todos, creado como consecuencia de la singular historia de nuestra Hermandad y símbolo de nuestro peculiar amor hacia la Divina Pastora de las Almas.

Antonio José Castaño López

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