domingo, 6 de febrero de 2011

El cabildo general de hermanos, un derecho y una obligación


Con estas líneas quisiera poner de manifiesto la importancia que tiene el cabildo general de hermanos, convocado por la junta de gobierno para el próximo día 14 de febrero a las 16 horas en la iglesia parroquial, en cumplimiento de lo establecido en nuestras reglas, que son las normas por las que se rige nuestra institución las cuales son de obligado cumplimiento para todos, tanto junta de gobierno como el resto de hermanos.

En primer lugar, hay que saber que no todo aquel que lo desee, puede asistir a un cabildo general, sólo tienen el derecho los hermanos a “ser convocados para los cabildos a partir de los dieciocho años de edad, teniendo voz activa y pasiva en ellos” (regla 18ª).
Es obligación de la junta de gobierno que esto se cumpla, pudiendo ser impugnados los acuerdos que se tomen en el cabildo que participen personas que no cumplan con el requisito anteriormente citado.

Una vez visto quien puede asistir, vamos a ver por qué y para qué debemos asistir.

Tal y como recoge nuestra regla 19ª, es deber de los hermanos “asistir a los actos de culto que organice la Hermandad y a los Cabildos Generales, conforme se establece en estas Reglas.” Por ello es una obligación asistir a los mismos.

Nuestra regla 30ª dice, “El Cabildo General de la Hermandad es la reunión de todos los hermanos con voz y voto, y constituye el más alto órgano deliberante y ejecutivo de la misma.Sus acuerdos obligan a todos, incluso a los que no asistan y a los disconformes.”

Como hemos visto, es el órgano más importante de la hermandad, ya que sus acuerdos obligan incluso a la Junta de Gobierno. En el se aprueban o rechazan las cuentas, los presupuestos y los proyectos, de ahí la importancia de asistir.

Continua la regla anterior, “El Hermano Mayor no podrá negar el uso de la palabra a aquel hermano que lo solicite y tenga derecho a voz y a voto de los asistentes.”

Es el foro donde los hermanos debemos exponer las cuestiones, hacer proposiciones y pedir responsabilidades a la junta de gobierno, cuando proceda, guardando siempre las esenciales normas de la educación.

Cuando recién nacidos nuestros padres nos inscribieron como hermanos, adquirimos un compromiso, el cual va haciéndose mayor conforme crecemos, y que llega a su máximo, cuando alcanzamos la mayoría de edad.

No asistir al cabildo es no ser consecuentes con ese compromiso.

“Es fácil eludir nuestras responsabilidades, pero es imposible eludir las consecuencias de haber eludido nuestras responsabilidades”.

Juan Antonio Núñez Lucena

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy totalmente deacuerdo Juan Antonio, tenemos que ser resposanbles y consecuentes. Que te mejores!!!
Paqui.