
Junto a la Virgen vemos a su fiel cordero acariciado por su diestra y las otras dos ovejas que formaban parte del grupo escultórico de la Virgen y que acertadamente fueron recuperadas estos últimos años por unas reproducciones exactas realizadas en madera estofada por Luis M. López Hernandez. Las antiguas ovejas acompañaban a la Pastora en todo momento, así podemos ver en la mayoría de las fotografías antiguas que se conservan y fueron destruidas en 1936.
Porta la Virgen el cayado de plata liso que utilizaba para diario y que aun se utiliza así como la antigua diadema de estrellas de plata y en su cuello el colgante de platino conocido popularmente como “la golondrina”. Lejano queda ya aquel año de 1929 en que se celebraba en Sevilla la exposición Iberoamericana y la Pastora Divina estrenaba su rica diadema de oro que doña Pastora Solís Villalobos le regaló y que aun hoy, ochenta y dos años después sigue luciendo en las fechas más señaladas como una de las mejores piezas que forman el gran ajuar de la Virgen.
También en 1929, como curiosidad, nuestra hermandad que siempre fue pionera en Cantillana, organiza por primera vez en nuestro pueblo unas carreras de cintas a caballo, el 8 de Septiembre, festejo que gozó de gran éxito y posteriormente fue adoptado por otras hermandades.
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