En 1901 fue bendecido el Camarín de la Divina Pastora, cuya construcción autorizó nuestro hermano mayor perpetuo, el Beato Marcelo Spínola, por entonces Cardenal Arzobispo de Sevilla, que había asistido a las fiestas mayores el año anterior para contemplar el Rosario de la Víspera (7 de septiembre), predicar un memorable sermón en la función principal y presenciar la procesión nocturna de la Virgen (8 de septiembre). Durante esta visita, la junta de gobierno de la hermandad solicitó al prelado el permiso correspondiente para labrar el Camarín, que fue sufragado por la familia Palazuelos-Morillas.Desde aquella fecha tiene el privilegio de ser joyero del más valioso tesoro que posee nuestro pueblo, su primer referente devocional.
A la hora de construir la capilla, que había de ser digna de dar cobijo a tan venerado simulacro de la Madre de Dios, la hermandad no escatimó medios y, así, por ejemplo, encargó al ilustre pintor cantillanero Ricardo López Cabrera la decoración de la bóveda con unas bellísimas pinturas murales. La obra recreaba una panorámica del entorno de Cantillana vista desde la Arquería. En dicho paisaje aparecía la silueta del pueblo sobre el barranco y, en su extremo oeste, el templo parroquial, donde reside nuestra hermandad. En los tristes sucesos del año 1936, la quema de imágenes y altares en la parroquial de Cantillana afectó a las referidas pinturas y al retablo que enmarcaba el Camarín, que fue completamente destruido. Previamente la Divina Pastora junto al Cordero Divino fueron escondidos en el hueco de una chimenea en la casa de las Hermanas Rivas situada en la actual plaza del Sagrado Corazón de Jesús (vulgo Cruz de los caídos).
Una vez finalizada la Guerra Civil, la Virgen vuelve a su casa y es entronizada de nuevo en el Camarín, que lucía entonces un nuevo retablo realizado en madera dorada con un pabellón a base de telas encoladas. Dicho retablo es el que muestra la fotografía y ocupó este lugar hasta el 25 de julio de 1955, año en que la hermandad (con la debida aprobación eclesiástica) traslada hasta el altar de la Pastora el retablo mayor de la iglesia del extinto convento franciscano de Cantillana. Una vez desmontado el retablo de la posguerra, fue colocado años después en la por entonces recién construida ermita de la Divina Pastora en el pago de Los Pajares, donde actualmente se encuentra, presidido por una hermosa pintura de nuestra titular del pintor sevillano Juan Antonio Rodríguez.
En la imagen vemos el Camarín adornado con una gran profusión de flores, macetas, sacras, candelabros y arañas, entre las que destaca la que se observa en la parte superior: es la conocida popularmente como araña checoslovaca y se trata de una valiosa lámpara de cristal azulado de Bohemia, diseño modernista e impronta veneciana, que fue donada para los cultos principales en la década de los años 20 del siglo pasado y magistralmente restaurada en 2006. Asimismo podemos constatar que aún no existen las dos sacristías laterales, construidas en 1955, donde, de igual forma que en el histórico armario (hoy convertido en vitrina-retablo) del coro bajo de la parroquia, se custodian las insignias de nuestro Rosario, privilegio de nuestra hermandad, establecida canónicamente en el templo parroquial de esta villa desde su fundación.
Juan Antonio Espinosa García
José Manuel Barranca Daza
Publicado en el blog Martin Rey
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