viernes, 24 de septiembre de 2010

De Romería


Dentro de muy pocas horas, la Pastora Divina será entronizada en su carreta de Plata para iniciar tras cuatro largos años de espera un nuevo camino hacia su Santuario que como marca la tradición visita cada cinco años; Ya está aquí la Romería, la fiesta con la cual Cantillana despide su ciclo festivo besando la tierna mano de su Dueña. Tendremos a la Pastora más cerca que nunca, como Cantillana la quiere, que dijo el pregonero… y con los versos de José María de la Hera en el pregón de la Romería del año jubilar de 2000 queremos deserle a todos los Pastoreños una buena Romería donde el profundo cariño y la devoción por nuestra Pastora Divina sea la nota predominante, y vivamos todos en hermandad, estos dos días de convivencia en nuestra Aldea de los Pajares.


Cuando la veáis pasar
tan Pastora y tan cercana
fijaos que irá con la Virgen
su pueblo de Cantillana,
rodeándola, abrazándola,
besándola con su alma
vestía de vivas y cantes,
en la romera mañana.
Hoy, que la siente tan cerca,
que es como si la tocara
tocando en ella la gloria
y el resplandor de la gracia
hechizado por sus ojos
el pueblo se pone en marcha.
Toda Cantillana, toda
llevará detrás en masa
esta Pastora bendita
que a los cielos entusiasma.
Tanto, que lloran los cielos,
muchas veces cuando pasa
y que es capaz de arrancarle
hasta a las piedras las lágrimas.
¿Y por qué le llora todo
mientras que a la par le canta?
Y si el sol romero es gozo,
¿por qué diluvios desata?
Ah, será porque los llantos
arrepentidos nos lavan
y hay que estar limpios por dentro
para mirarla a la cara.
Y después, cuando se mira,
y la mirada se extasia
en su celestial sonrisa
y en su profunda mirada
nos vuelve a anegar el llanto,
pero con alegres aguas,
mientras se va la Pastora,
encantadora de almas,
llevándose tras de sí
muchas pupilas mojadas.
El nardo embriagará todo
desde la argéntea morada
que es ese trono romero
en que la Pastora guapa
recorre en triunfo las calles
y luego al camino marcha;
al campo, al río, a la ermita...
Que una carreta de plata
y unos bueyes no se hicieron
para no salir de casa
sino pa la romería
que quería Cantillana.
El nardo embriagará todo,
ya el pueblo entero se embriaga
de Pastora, de carretas,
de cohetes, de campanas...
¡Tan cerquita la tendrá
que casi podrá tocarla!
Y subirse a su carreta
como si fuera peana
Cantillana de la Virgen
tras cinco años labrada.
Tan cerquita, tan cerquita
que casi podrá tocarla,
tanto que la tocará
con sus labios al besarla
cuando el sol de este domingo
le rece a media mañana.
Toda Cantillana, toda
camino se pondrá en marcha
y quedará el pueblo solo
entre los ecos de palmas
y tamboriles camperos
que hacia Pajares avanzan.
Irán como de la mano
la Pastora y Cantillana.
Y quedará el pueblo solo,
solas las calles y plazas
y solo y triste y vacío
el camarín de su casa.
¡Qué falta tiene la iglesia
cuando la Pastora falta!
Y cuando llega, ¡qué lleno!
Colma la iglesia su cara.
Volverá el pueblo con Ella
lo mismo que se marchaba:
rodeándola, abrazándola,
besándola con su alma,
vestía de vivas y adioses
en la noche que se apaga.
Y un Dios te Salve, Pastora
de las almas, de mi alma
pondrá fin cerrando el broche
de la fiesta y de la gala,
de los cantos y las flores,
de las marciales dianas,
y del cohete y del arco,
y de la torre adornada,
y del repique de gloria,
y de los vivas y palmas,
y del tambor y del gozo
que por doquier rebosaba,
y de la oración más viva,
y del río rojo y gualda
que inundó todas las calles
cuando septiembre empezaba.
Un Dios te Salve, Pastora
de las almas, de mi alma,
pondrá fin cerrando el broche,
desde sus notas doradas,
de la fiesta que es más fiesta,
de las ansias más ansiadas,
y de los días más grandes
que ha vivido Cantillana.
Y mientras se cierra todo
septiembre por la nostalgia
Cantillana subirá
al camarín de su ama,
de su dueña, de su reina,
y de su Pastora amada,
y se dormirá feliz,
cubierta por su mirada,
a sus pies, junto al Pastor
hecha rebaño de nácar,
para seguir, como antes,
teniéndola muy cercana,
tanto que al mirarla llore,
e incluso pueda tocarla,
tocando en Ella la gloria
y el resplandor de la gracia.
Como ha de estar estos días
de la romería santa
sintiéndola el pueblo cerca
en su carreta de plata,
y en su homenaje de besos
rodeándola, abrazándola,
yendo con Ella dichoso
de su casa a su otra casa,
así quiere todo el año
y la vida, Cantillana
tener consigo a la Virgen
tan Pastora y tan cercana.



¡¡VIVA LA PASTORA DIVINA!!
¡¡VIVA LA DIVINA PASTORA!!
¡¡VIVA LA REINA DE CANTILLANA!
¡¡VIVA SIEMPRE LA MISMA!!
¡¡VIVA LA ROMERÍA PASTOREÑA!!
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