jueves, 20 de mayo de 2010

Discurso pronunciado por Manuel Vega en la cena-homenaje a Antonio Castaño




Buenas noches, tenía que ser un día ocho, del mes de María en este caso, pero ocho. En este día un nutrido y muy representativo grupo de hermanos y hermanas de la Pontificia, Real, Ilustre, Franciscana y Muy Antigua Hermandad de La Divina Pastora de Las Almas y Redil Eucarístico nos hemos reunido en acto privado, que a su vez ha estado abierto a todas las personas que así lo hayan deseado y anunciado mediante carteles por todo el pueblo, así como a través de internet, para homenajear muy merecidamente a D. Antonio Castaño Villalón, a la sazón Ex-Hermano Mayor, recién finalizado su mandato por relevo natural de Reglas; y de este modo mostrarle nuestro reconocimiento y agradecimiento colectivos. Previamente, como no podía ser de otra forma, hemos celebrado Santa Misa en nuestro Santuario de La Divina Pastora en Los Pajares.
Antonio nació el de 28 de marzo de 1937 y durante toda su vida ha estado estrechamente vinculado a la hermandad y además ha sabido transmitir a toda su familia y a quienes lo han rodeado su incondicional amor y devoción por la Pastora Divina.


Persona llana, cercana al pueblo, de trato afable para con todos los hermanos, hombre de palabra y luchador incansable por el beneficio de su hermandad. Castaño es un ejemplo para todos los pastoreños, ha sabido escuchar siempre a todos aquellos que a pie de calle nos hemos acercado a él para comentarle algo de la hermandad, demostrando siempre un excelente respeto y educación, anteponiendo siempre a la Divina Pastora a cualquier otra cuestión. En resumen: la honradez, la seriedad, la constancia y por encima de todo el amor a La Divina Pastora son las grandes virtudes de este entrañable amigo y mejor persona.


No sería justo seguir este acto sin antes hacer una especial mención a Pastora, su esposa, a la que tanto tiempo le ha restado en pos de la hermandad. Ella con sus sabios consejos es la gran mujer que ha estado detrás de este gran hombre. E igualmente a sus hijos, la sabia nueva, que están llamados a continuar esa labor de servicio y entrega a la hermandad. Y os aseguro con total conocimiento de causa que ellos, Pastora, Antonio José, Francisco Manuel y Pastora Mª son los principales padecedores de los esfuerzos que requiere el cargo, gracias a los cuatro en nombre de todos nosotros.


Antonio además ha contado con un equipo humano que a lo largo de estos años ha trabajado junto a él desde las juntas de gobierno, así como desde los grupos de colaboradores; se ha rodeado de un cualificado y responsable grupo de pastoreños para dejarse asesorar, fruto del cual la hermandad ha vivido durante estos últimos años una de las etapas más brillante de su historia, una auténtica Edad de Oro que será siempre recordada coma la época de Castaño.
Poner nombres a estos colaboradores sería algo imprudente porque podemos correr el riesgo de dejarnos a alguien en el olvido, por ello prefiero no hacerlo, aunque en la mente de todos están con nombres y apellidos los que, sin lugar a dudas, reúnen las mismas virtudes además del exquisito gusto y el inmenso talento. A ellos, que en su mayor parte se encuentran aquí esta noche, también muchas gracias: no dejéis de engrandecer a la hermandad que os necesita ahora más que nunca.


La trayectoria pastoreña de Castaño comenzó como la de la mayoría de los pastoreños de Cantillana desde el día de su nacimiento.
Al ser varón, Su vinculación más estrecha con la hermandad se inicia en la década de los 40 cuando entró a formar parte de la misma ingresando en el Redil Eucarístico.
En la década de los 50 ya aparece formando parte de representaciones de la Hermandad o del Redil, portando vara o el estandarte.
En las décadas de los 60 y 70 participa activamente en la Comisión de Festejos Pastoreña. Es promotor de varias iniciativas como la del cuerpo de carretas de papel picado tiradas por bueyes, siguiendo la estética y modelo de las carretas de la romería de Valme. Colabora en los actos del 250 aniversario de la hermandad en 1970. En el año 71 forma parte de la comisión que visita a los Príncipes de España, hoy Reyes, para entregarles el nombramiento de Hermanos Honorarios, así como a la condesa de Cantillana.


En 1980 entra a formar parte, como secretario, de la junta gestora constituida por el arzobispado para regir los destinos de la Hermandad, y confeccionar las nuevas Reglas, formando parte del grupo de redactores de las mismas.
Es promotor en 1985 de los dos días de romería que acabaran incluyéndose en las reglas tras manifiesto de los hermanos en consulta popular. En este sentido se le deben también el rosario de medianoche por la aldea y la participación de hermandades pastoreñas de toda Andalucía en los actos de la romería.


Ese mismo año gestionó personalmente todo lo referente al traslado e inhumación de los restos del Padre Claudio en la Ermita y funeral celebrado en su honor. Reforzó profundamente la vinculación de la hermandad con la Orden Capuchina y consiguió de ésta el título de Franciscana, Carta de Hermandad expedida por el Padre General de Roma, así como varias reliquias.
En 1987 formó parte de la organización de la peregrinación de la hermandad a Roma con motivo de la beatificación del Cardenal Spínola por Juan Pablo II. Reforzó los vínculos de la hermandad con la congregación de Esclavas del Divino Corazón que entregaron a la misma importantes objetos personales de D. Marcelo Spínola.


En 1995 vivió muy de cerca la restauración de la imagen de la Divina Pastora, la celebración del 275 aniversario de la hermandad y la concesión oficial del título de Real.
Tras las agotadoras gestiones de 17 años con la vicaria del arzobispado, varios borradores e incontables viajes a Palacio, Antonio Castaño ve aprobadas en 1997 las nuevas Reglas de la Hermandad, las mismas por las que se presentará como Hermano Mayor al primer Cabildo General de Elecciones de su historia, del que saldrá elegido con un importantísimo respaldo de los hermanos en abril de 1998.


En este primer mandato de seis años es responsable, con su junta de gobierno, de grandes logros y acontecimientos como la adquisición del varios inmuebles, las brillantes celebraciones del Año Santo Jubilar en 2000, del 50 aniversario de la romería y del tercer centenario de la advocación pastoreña en 2003, la ejecución del cayado de oro regalado a la Virgen por los pastoreños con ese motivo, la declaración de las fiestas mayores de Interés Turístico de Andalucía, la creación de la Confraternidad de Hermandades Pastoreñas, la publicación de la revista Cantillana y su Pastora...


En 2004 se vuelven a convocar elecciones y Castaño se presenta a la reelección. Sale elegido con igual respaldo y ve culminado otro de los proyectos al que más constancia y esfuerzo personal tuvo que ponerle: las escrituras del solar adquirido a la Iglesia en la antigua huerta del convento de San Francisco y la finalización de las obras e inauguración del gran salón de carretas, acaecidas en 2006.


En 2005 la hermandad celebra una de las romerías más singulares y recordadas de su historia cuando se lleva la Virgen a la ermita en andas portadas por el pueblo pastoreño, ese año se adquiere una magnifica custodia-ostensorio barroca, de plata de ley, y la hermandad se suma oficialmente, con gran éxito, a la celebración de las candelas o candelarias, con peregrinación a la ermita y los actos litúrgicos propios de esta festividad. Ese año los hermanos Villanueva, acreditados capataces sevillanos, se hacen cargo de la cuadrilla de hermanos costaleros.
El nuevo y suntuoso estandarte corporativo estrenado en 2005 gracias a la generosa donación de un matrimonio pastoreño, es otro de los logros de su segundo mandato donde también cabe destacarse la ejecución de los magníficos faldones del paso de la Virgen, el nuevo lienzo del Risco, la recuperación de la imagen de San Miguel y grupo de antiguas ovejas, la restauración e iluminación del camarín, el enriquecimiento de la decoración de la calle Martín Rey, los cuatro impresionantes pedestales de plata para flanquear el Risco, las donaciones de joyas y ornamentos litúrgicos, la restauración del juego de arañas de cristal, la visita del Conde de Cantillana, la celebración de distintas efemérides y grandes espectáculos y una mayor organización de los cultos, procesiones y la romería, como nunca antes se había hecho.
Antes de entrar Castaño de Hermano Mayor la hermandad no tenia escrituradas a su nombre ninguna de sus propiedades, ahora tiene las escrituras de cuatro de sus inmuebles.
El censo de hermanos ha pasado de 2.000 a más de 3.600. El tesoro-ajuar de la Virgen así como el presupuesto anual ordinario de la hermandad y la presencia de la hermandad y las fiestas pastoreñas en los medios de comunicación, audiovisuales e internet se han triplicado.
La participación de fieles en los cultos y actos, principalmente cultos secundarios: Novena de Ánimas, triduos de San Francisco y Spínola, Rosario de la Aurora, misas en la ermita etc. ha ido creciendo continuamente.


Ha experimentado un aumento espectacular la participación de los hermanos en la vida de la hermandad: costaleros, coro, grupo joven, colaboradores.... y la labor social y de caridad de la misma también con proyectos de colaboración en países necesitados de hispanoamérica.
Y todo gracias a la labor callada y constante de una vida de trabajo por y para Ella. Por estos motivos celebramos este gran acto en su honor, aunque a sabiendas que su mejor recompensa llegará, cuando (Dios quiera que tarde muchos años) finalizada su vida terrenal, pueda contemplar el Rostro Radiante de nuestra Pastora Divina en las celestiales praderas del Risco del Cielo junto a Dios Nuestro Señor.

Manuel Vega Pablo
Ex hermano mayor de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Misericordia

.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnifico e irrepetible Hermano Mayor de la Pastora. Gracias Antonio Castaño por tanto como has hecho por Ella.

Eres ejemplo para los pastoreños del futuro.