sábado, 6 de febrero de 2010

El mejor Patrimonio, nuestros Hermanos

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A nadie se le escapa que en la última década nuestra hermandad ha experimentado un impresionante crecimiento patrimonial. La lista es apabullante: cayados de la Divina Pastora y el Divino Pastor, nuevo lienzo para el Risco, vitrina-retablo para exponer en la Parroquia el simpecado fundacional en el sitio que le corresponde históricamente, estandarte corporativo, aumento del ajuar y tesoro de la Virgen, custodia-ostensorio, palio, capa y paño humeral eucarísticos , imágenes de san Miguel y san Juan Bautista, ovejas del grupo escultórico primitivo, reliquias del Lignum crucis y el beato Spínola, restauración de la pintura del simpecado rojo, la carreta de plata o las arañas antiguas, belén del Santuario, Salón de las carretas, casa de la c/ Iglesia, local del Palacio, etc.

La culminación del proyecto de los faldones del paso es una muestra magna y significativa de los niveles alcanzados. La cuadrilla de costaleros y sus colaboradores, junto con el aliento de toda la junta de gobierno y los pastoreños en general, han trabajado de forma ejemplar, consiguiendo llevar a término algo de lo que todos nos sentimos orgullosos.


Y todo ello ha sido posible ante todo gracias a la colaboración generosa y desinteresada de cientos y cientos de hermanos y devotos, pastoreños sin condiciones, que nunca escatiman cuando se trata de la Virgen. En este sentido, cabe destacar el enorme incremento de las donaciones en épocas recientes, favorecidas sobremanera durante el mandato de D. Antonio Castaño Villalón, durante el cual se ha conseguido democratizar y abrir a los hermanos la vida de hermandad.
Así pues, se equivoca quien quiera atribuirse alguna exclusividad en el crecimiento patrimonial de la institución. La mayordomía de la hermandad al completo ha trabajado como debía y es de justicia reconocerlo. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a Francisco Manuel Castaño López, mayordomo 2º entre 2004 y 2010, cuya labor discreta pero incansable merece un reconocimiento que algunas voces silencian.


Aunque, como decíamos arriba, muy por encima de personas y nombres individuales están la devoción, la fuerza, el empuje, el amor, la entrega, el fervor de la gente del pueblo, de los miles de pastoreños anónimos que pagan cuotas, compran papeletas, venden entradas, asisten a fiestas y conciertos, custodian su alcancía para abrirla al llegar los pedidos, mandan puntualmente sus donativos o sacrifican algún capricho para ofrecerle a la Virgen una donación. Por eso, tras la peregrina imagen de la Divina Pastora, ellos son nuestro mayor y mejor patrimonio.


Fuente: Web oficial de la candidatura
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