En el año 1945 la Divina Pastora estrenó un espléndido sombrero de encajes de oro confeccionado por Mercedes Ceballos, conocida popularmente como “Mercedes la sombrerera”, autora también de varios sombreros de la Pastora, la cual se desplazaba todos los años desde Sevilla a nuestro pueblo durante el verano para realizar pamelas para que las jóvenes las lucieran en las fiestas. El donante del mismo fue un pastoreño nacido en el sevillano barrio de Triana, Eduardo Moreno Mulero, quien al estar casado con una cantillanera pastoreña, Gabriela Solís, le inculcó su amor y devoción por la Divina Pastora. Por este motivo se conoce a este sombrero como “el sombrero de Eduardo Moreno”. A este matrimonio pertenecían las dos magníficas pulseras de oro que lució la Divina Pastora en su procesión del 8 de septiembre durante las décadas de los años 40 y 50, y que, por circunstancias de la vida, no pudieron donarlas definitivamente para la Virgen como hubiese sido su deseo.
El sombrero está realizado con encajes de oro, y se adorna
con flores de raso de diferentes colores. Por la parte inferior de detrás caen
hacia la espalda de la Virgen dos cintas de encaje de oro distinto al del ala. Causó
la admiración de todos los pastoreños al lucirlo la Virgen en la novena y en el
paso por lo novedoso que resultaba un sombrero realizado con un encaje de hilos
de oro terminado en puntas, ensalzando aún más la belleza de la Divina Pastora,
si aún esto fuera posible. Una vez bajada del Risco tras finalizar la novena
del año que lo estrenó, el donante contrató los servicios de un fotógrafo
sevillano, el cual realizó varias fotografías para difundir por las casas del
pueblo la imagen novedosa de la Divina Pastora luciendo el nuevo sombrero. A
partir de entonces, la Virgen lo utilizó en los cultos de septiembre y durante
la procesión. Fue el sombrero con el que el padre Rejos despojó a la Divina
Pastora cuando en el año 1953 sube al paso por primera vez para realizar este
acto; es el que captaron las cámaras del No-Do al transitar la procesión por la
calle Martín Rey; el que llevó la Virgen en su primera visita a su Ermita para
la bendición de la misma. Se convirtió en referente para los que se
confeccionaron posteriormente, siendo por este motivo uno de los más singulares
de la colección de sombreros que posee la Virgen. Además, junto al sombrero
actual de salida, quizás sea el más característico, al ser inmortalizado en las
fotografías más difundidas de la Divina Pastora pertenecientes al famoso
fotógrafo M. Albarrán.
Cuando en la década de 1960 estrenó otro sombrero, donado
por Matilde Fernández Espinosa, el sombrero de Eduardo Moreno quedó en desuso
durante un tiempo, hasta que nuestro hermano José Benito Molero López restauró
esta pieza volviendo a ser utilizada en los últimos años, como en la Romería de
2002, año del 50 aniversario de la misma, y en diversas ocasiones en la novena,
triduo y besamanos.
Se nos antoja que este sombrero inspirara a Juan Ríos y
Pérez de Vargas para escribir en su artículo “Instantes emotivos” en el número
1 de nuestra revista de las fiestas pastoreñas, en el año 1947, una bella referencia al citado
sombrero: “Este es el día 8. Una noche
augusta. Cabrilleo de estrellas y rutilar de almas. La luna, mientras, tejiendo
hilos de plata como estelas de espumas, y el sol, dormido, prendido en los
encajes del sombrero de la Divina Pastora de Cantillana”. También propició
la letra de la popular sevillana: “La
Pastora Divina tiene un sombrero, que se lo ha regalado Eduardo moreno. Le adornan flores, preciosas y bonitas, de mil colores”, versión de la conocida sevillana: “La Divina Pastora tiene un sombrero que se lo han regalado los pastoreños”, o “La Divina Pastora tiene un sombrero con una cinta grana de terciopelo”.
Sirvan estas líneas para rendir sincero homenaje al donante
de una prenda, que cada vez que la Divina Pastora la luce, hace recordar a
muchos a este hermano pastoreño que con su generosidad realizó un sombrero que
el tiempo ha convertido en uno de los más emblemático y característico de la
Divina Pastora de Cantillana.
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