viernes, 4 de octubre de 2013

Las insignias de la hermandad de la Divina Pastora de Cantillana. Historia, significación y características artísticas (VI). El banderín franciscano


Se confeccionó esta insignia en 2003, con motivo del tercer centenario de la advocación de la Divina Pastora, advocación difundida por la Orden Franciscana Capuchina. El padre general de Roma de esta congregación, otorgó ese mismo año a la hermandad cantillanera una Carta de Hermanamiento con la Orden, que venia a refrendar el vínculo histórico y fundacional de la Pastora de Cantillana con los capuchinos. Estos mismos, a través de su ministro provincial de Andalucía otorgaron a la hermandad en 1985 el título de Franciscana que ostenta desde entonces en su denominación. La hermandad Pastoreña custodia también desde 1955, a los pies del altar de la Pastora, los restos del célebre y místico franciscano Fray Bernardino de Laredo y el retablo que enmarca el camarín donde se venera la imagen de la Virgen, esta confeccionado con los restos del antiguo retablo del convento franciscano de Cantillana, proveniente a su vez del histórico convento de San Francisco del Monte, para el que pudo haber sido realizado sobre 1600 como apuntan el profesor Hernández Díaz y el historiador Antonio López Hernández.

Por todo ello, y gracias a la donación, hecha por nuestro hermano Jesús Morejón Pazos, de unos antiguos bordados en oro del siglo XVII, se decidió la confección de una insignia o banderín franciscano, insertándosele en el centro de la cartela que centraba ese antiguo bordado, las Cinco Llagas, bordadas en seda grana, emblema de N.P. San Francisco. Se escogió como tejido un antiguo damasco marrón, rematado por un fleco de hilo de oro del siglo XIX, y como asta, una pértiga de madera tapizada de terciopelo granate y rematada por un antiguo medallón de metal repujado, del siglo XVIII con el escudo de la Orden (el simbólico abrazo de San Francisco con Cristo crucificado) rematado por cruz y orlado de rayos, que provenía del antiguo convento franciscano de Cantillana y fue entregado para la ocasión por Florencio Arias, entonces secretario de la hermandad. Los trabajos de bordado, restauración y pasado al nuevo tejido corrieron a cargo de nuestro hermano Benito Molero López y todo el trabajo fue supervisado y dirigido por Francisco Manuel Duran Gallardo, quien luego sería ejemplar prioste de la hermandad y por el que suscribe.


Esta insignia, de gran personalidad y sabor añejo fue bendecida y estrenada el 24 de junio de 2003, en una procesión extraordinaria celebrada ese día.  Enriquece el conjunto de insignias pastoreñas desde aquellas fechas, desde las que está presente en los cultos principales y durante el triduo en honor a San Francisco que celebra esta Hermandad Franciscana a primeros de cada mes de octubre.


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