viernes, 6 de septiembre de 2013

Hace una década de 2003. Aquel año irrepetible e inolvidable.

(1ª parte. De enero a julio de 2003)


El 8 de septiembre, recibiría la Divina Pastora el cayado de oro,
importante pieza de incalculable valor religioso, artístico y afectivo que
materializó la celebración del III centenario.

Se cumplen diez años ya, de aquel inolvidable 2003. Es justo recordar aquellos momentos álgidos de una etapa especialmente brillante de la historia reciente de la hermandad, que no han tenido parangón, y que en contraste con los actuales se recuerdan, si cabe, más excelsos aún.

En un multitudinario acto celebrado en enero
de 2003 en la casa de la cultura se presentaron
los actos y el diseño del cayado que se le iba
a regalar a la Divina Pastora.
Aquel año, se inició con la satisfacción aún por el éxito de los actos de los pasados años, conmemorativos del 50 aniversario de la romería, y en especial por la brillante ceremonia de clausura, con el pontifical en el santuario oficiado por el arzobispo de Sevilla. Desde ese feliz recuerdo nos encontrábamos de nuevo ante otro relevante acontecimiento de nuestra hermandad, el mayor de los que hemos conocido, que lo era a la vez para los devotos pastoreños de todo el mundo y, sobre todo, de Andalucía: conmemorábamos en 2003 el tercer centenario del comienzo de la devoción a la Virgen bajo el título de Divina Pastora de las Almas. Cantillana, y en especial esta hermandad, que siempre han sabido desplegar las mejores banderas en pro de esta advocación, no quiso escatimar esfuerzos a la hora de celebrar por todo lo alto esta efeméride tricentenaria.

Los pastoreños cantillaneros, promovidos por aquella junta de gobierno, decidieron dejar en el recuerdo de las generaciones venideras un testimonio de amor y devoción a nuestra Pastora gracias al esfuerzo que entre todos hicimos para que el 8 de Septiembre, fecha redonda de la conmemoración, se pusiese en su mano un báculo de oro y piedras preciosas. Precisamente, el día  en que se cumplían tres siglos desde que la veneramos como Pastora Divina; el día en que fray Isidoro la presentó por primera vez a los fieles; el día en que celebra Cantillana su fiesta mayor en honor de la Madre del Buen Pastor, fiel al gesto del venerable capuchino. Nuestra hermandad es la única entre todas las pastoreñas que continua festejando a su titular en esta fecha de la Natividad de la Virgen.


Una singular donación en 2003, fue la propiedad de la imagen del
Divino Pastorcito, efectuada por Magdalena Artal
antes de su muerte, reservándose el derecho de vestir la
Imagen a sus descendientes.

Desde esta crónica general de aquel fabuloso año, queremos destacar como todo el pueblo pastoreño realizó un gran  esfuerzo para que el nuevo cayado de la Pastora fuera una realidad materializada en el oro del cariño que todas aquellas personas, en su nombre y en el de sus antepasados –aquellos que nos precedieron  en el amor a la Divina Pastora y nos legaron esta devoción-, han ofrendado generosamente. Asimismo, es digno de reseñar también la labor artística prestada por nuestro hermano Luis Manuel López Hernández, artífice del diseño e ideólogo de gran parte de esta celebración, y la del joyero y modelista cordobés Manuel Valera Pérez, autor de esta singular joya con la que Cantillana quiso reconocer a la Virgen estos tres siglos de protección y mediación y pedirle que nos siga pastoreando por toda la eternidad.

Las celebraciones del tercer centenario abarcaron todo el año, entre actos y cultos extraordinarios y los actos y cultos de regla, habituales, que se revistieron de la excepcionalidad que la ocasión requería.
Entre los dias del 17 al 19 de enero se celebró en la parroquial, ante el altar de la Pastora, el triduo de regla en honor del beato Marcelo Spinola, cardenal de sevilla y Hermano Mayor Perpetuo de nuestra hermandad. El ultimo dia, memoria del beato de celebro función solemne y se dio a besar su reliquia.
Acto de presentación de la exposición celebrada en la casa de
la provincia con enseres de las distintas hermandades pastoreñas.


N. H. Dña. Amparo Gómez Naranjo, que falleció aquel mes de enero a la edad de 86 años, donó a la hermandad la mitad de sus bienes por medio de testamento. A la importante cantidad de dinero en metálico legada hay que sumarle también la mitad del valor del inmueble en el que residió la mayor parte de su vida, sito en la calle Polvillo de la localidad. Asimismo, Amparo Gómez hizo entrega, unos meses antes de su fallecimiento, de una pulsera de oro y zafiro para la imagen de la Divina Pastora.

Otra donación singular de aquel año es la de Magdalena Artal Palomo, destacada devota de la Divina Pastora, que firmó antes de su muerte, un documento mediante el cual pasa la plena propiedad de la imagen del Divino Pastorcito a la hermandad, que hasta ese momento sólo tenía la posesión del mismo. Para sus descendientes queda reservado el derecho a seguir vistiendo la imagen como ha sido costumbre.
El día 24 de enero se presentó en la Casa de la cultura de Cantillana, el diseño del nuevo cayado que con motivo del tercer centenario estrenará la Divina Pastora. En este acto se dio a conocer grosso modo el programa del aniversario.

La Exposición Divina Pastora, tres siglos de devoción, celebrada en la casa de la provincia, reunió enseres de todas las hermandades pastoreñas.

En la sala de san Hermenegildo de Sevilla, nuestra hermandad
presentó el documental “la Romería de la Divina Pastora de Cantillana”.
Del 21 al 27 de abril tuvo lugar en la Casa de la Provincia de Sevilla la apertura de la exposición Divina Pastora, tres siglos de devoción, que, organizada por la Intercomisión de Hermandades Pastoreñas. En el acto intervinieron la diputada provincial Ángeles García Macías; el presidente de la Intercomisión, Juan Antonio Núñez Lucena; los comisarios, Juan Martínez Alcalde y Luis Manuel López Hernández; el ministro provincial de Andalucía de la Orden Capuchina, fray Juan Jesús Linares; y el padre capuchino fray Mariano Ibáñez Velázquez. Una muestra del patrimonio devocional pastoreño acumulado por los Capuchinos y las hermandades pastoreñas de Andalucía, llenó los amplios salones del edificio sito en la plaza del Triunfo de la capital. El Simpecado de la Divina Pastora de Cantillana fue llevado para esta ocasión a la Casa de la Provincia. Entre los enseres de la hermandad destacaron también la cruz de guía del rosario, la diadema de oro, los cayados de plata, varios sombreros y tocas, el frontal del risco y el palio sacramental, entre otros.

Como clausura de la exposición, los Simpecados de las
hermandades pastoreñas fueron trasladados a la Catedral.
Los Simpecados de las hermandades pastoreñas fueron trasladados desde la Casa de la Provincia hasta la Catedral para la celebración de una misa en acción de gracias la mañana del domingo 27 de abril, en la Capilla Real, ante la Virgen de los Reyes. A su conclusión, los Simpecados volvieron a la Casa de la Provincia, donde actuó el Coro de la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, clausurando la muestra.
Uno de los días en que estuvo abierta la muestra y dentro del programa de actos de la misma se procedió a la Presentación en Sevilla del documental La romería de la Divina Pastora de Cantillana, con la colaboración de la Junta de Andalucía. El acto tuvo lugar en la Sala San Hermenegildo, cedida por el Área de Cultura del Ayuntamiento, con asistencia del delegado provincial de la Consejería de Turismo y Deporte, Mariano Pérez de Ayala Conradi.

A principios del mes de mayo tuvo lugar en la sede de la Región Militar Sur, en Sevilla, una exaltación de la romería pastoreña. La romería en honor de la Divina Pastora fue este año la elegida para protagonizar la IV edición de Aires de romero, un acto que organiza anualmente la Cátedra General Castaños de la Región Militar Sur, dedicado a las principales romerías andaluzas. El cantautor y poeta Enrique Casellas fue el encargado de la exaltación de nuestra popular romería en un acto brillante que tuvo lugar en el Teatro de la sede de Capitanía General, en la Plaza de España. Aires de romero 2003, en el que intervino el coro de la hermandad, estuvo presidido por el Simpecado de la Divina Pastora y contó con la presencia del general jefe de la Región Militar Sur, Rafael Valenzuela Teresa, y de numerosas autoridades civiles y militares, así como representaciones de hermandades y otras entidades.

El Simpecado de la Divina Pastora de Cantillana junto a los de las distintas hermandades Pastoreñas en la Capilla Real de la Catedral ante la Patrona de Sevilla durante la celebración de la Misa.

El 24 de junio, fecha que la tradición sitúa la
celestial inspiración a fray Isidoro de Sevilla,
la Divina Pastora aprecia en su camarín siguiendo
la iconografía de las primeras pinturas pastoreñas,
tal como propuso el padre Isidoro.

Los cultos anuales que la hermandad celebra en mayo para conmemorar la fiesta litúrgica de la Madre del Buen Pastor tuvieron en esta ocasión un esplendor inusitado con motivo de la efemérides. El triduo preparatorio se celebró entre los días 14 y 16 y junto a la función solemne del día 17 los predicó el definidor general de la lengua hispana de la Orden Capuchina, fray Aurelio Laita Mañeru, venido desde Roma para este motivo. El provincial de la Orden en Andalucía presidió la función y ambos firmaron en el libro de visitas de la hermandad. El último día del triduo se dio a besar la reliquia del beato Diego José de Cádiz, apóstol capuchino de la Divina Pastora y promotor de esta fiesta litúrgica. El día 18, domingo, tuvo lugar el tradicional Rosario de la Aurora hasta el santuario y a partir de la doce del mediodía la imagen de la Virgen quedaba expuesta en la Capilla Mayor de la parroquia en devoto besamanos y ofrenda floral de los pastorcitos.

En torno a la fecha del 24 de junio, de hondo significado pastoreño, como es la fiesta del nacimiento de San Juan Bautista, en que se sitúa la tradición la inspiración celestial de Fray Isidoro para promover la advocación de Divina Pastora de María Santísima, se celebraron notables actos y cultos extraordinarios.

El lunes 23, víspera de ese día, se celebró en la iglesia de los Padres Capuchinos y Parroquia de la Divina Pastora de Sevilla, una solemne Vigilia Mariana en la que participaron representaciones de muchas hermandades pastoreñas, sobre todo de la gente más joven de las mismas. La hermandad de Cantillana estuvo representada por una comisión de junta de gobierno y del grupo joven y numerosos hermanos que llenaron un autobús, con el Simpecado de la Divina Pastora al frente, que salió de la parroquia de Cantillana a las ocho de la tarde. Allí entre oraciones, cantos y meditaciones, revivieron en la iglesia del convento, aquel santo trance del venerable fray Isidoro, trescientos años después.

El relicario con la pintura-boceto de la Divina Pastora que se custodia en el
convento de capuchinos de Sevilla recorrió las calles de Cantillana
en Solemne procesión el 24 de junio de 2003.
El día 24, fiesta de San Juan, despertó Cantillana entre cohetes y la imagen peregrina de la Divina Pastora se mostraba radiante en el camarín de su capilla, en la Parroquia, presentada a la veneración de los fieles siguiendo las indicaciones del padre Isidoro: sombrero de rafia a la espalda, cayado terciado sobre el brazo derecho, rosas en la mano izquierda y tocado su cabello con una bellísima mantilla de encajes y oro; Rodeada de las ovejas y en un alejado plano la imagen de San Miguel Arcángel defendiendo a una ovejuela de las garras del lobo.
Diferentes altares con Imágenes y pinturas de la Divina Pastora
se levantaron en el recorrido de la procesión extraordinaria. Al llegar
a la pastoreña calle Martin Rey, ante el Altar instalado por la
Hermandad se cantó el Himno.

Ese día por la tarde, a partir de las siete, la banda de música local realizó un pasacalle y a las nueve tuvo lugar en el altar de la Pastora, una Solemne función religiosa celebrada para conmemorar el inicio de la devoción pastoreña. La predicación estuvo a cargo de José Miguel Verdugo Rasco, hermano de nuestra hermandad. Asistió una representación de la Orden Capuchina y de la hermandad de la Divina Pastora de dicho convento de Sevilla.

Estuvo expuesto en el retablo el relicario de  plata con la primera pintura-boceto de la Divina Pastora, mandada pintar por Fray Isidoro a Alonso Tovar, que custodian los capuchinos de Sevilla y que se trajo para esta especial ocasión. En este acto tuvo lugar la bendición de la nueva insignia franciscana de la Hermandad con bordados del siglo XVII, el escudo de las cinco llagas y el remate de una antigua insignia franciscana del convento de Cantillana.

Tras la función religiosa se expuso a la veneración de los fieles en solemne procesión por las calles del pueblo el boceto del primer cuadro de la Divina Pastora bajo palio. Iba acompañado de numerosos hermanos con traje de chaqueta, portando cirios y las insignias de la hermandad así como la reliquia del Beato Diego José de Cádiz. Portaba el relicario el guardián del convento, el padre Mariano de Sanlúcar, y las varas del palio fueron llevadas por los hermanos mayores de las principales hermandades de Cantillana.
Participó también en la procesión un grupo de niños vestidos de pastorcitos, portando el sombrero y el cayado, atributos de la Pastora y las obras originales del padre Isidoro: La mejor Pastora Asunta y La Pastora Coronada, en bandejas de plata.

El relicario fue portado bajo el palio Eucarístico que posee
la Hermandad. Antes de entrar en la parroquia por la
puerta del Palacio, e quemó un castillo de fuegos artificiales
desde el antiguo cauce del Guadalquivir.
Las calles del itinerario se adornaron con colgaduras, cuadros y altares. En Martín Rey se mantuvo el altar eucarístico, presidido por un enorme lienzo de la Divina Pastora, instalado días antes para la fiesta del Corpus Cristi y llegado allí el icono de la Virgen bajo palio, se cantó el Himno de la Divina Pastora. Durante el recorrido, la Banda de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana interpretó numerosas marchas procesionales.

Al llegar la procesión a la plaza del palacio, por donde hizo su entrada a la parroquia, se dispararon fuegos artificiales desde el antiguo cauce del rio Guadalquivir y una vez finalizada se dio a besar a los fieles el primitivo icono ante el altar de la Pastora.

El domingo 29 de junio tuvo lugar en Málaga el III Encuentro de la confraternidad de Hermandades Pastoreñas. Desde la iglesia de San Felipe Neri salió un rosario público con los Simpecados de las Hermandades asistentes,  que se dirigió  hacia la plaza de Capuchinos, donde tuvo lugar la función solemne presidida por la imagen de la Divina Pastora, obra destacada de Montes de Oca. La misa fue celebrada por el vicario general, Alfonso Crespo, y cantada por la Coral Polifónica Virgen de la Victoria. De los actos celebrados en Málaga quedó constancia  en un azulejo colocado en la puerta de la iglesia de Capuchinos, que fue descubierto por el hermano mayor de la Divina Pastora de Cantillana. Los hermanos mayores asistentes visitaron las dependencias de la hermandad y el camarín de la Divina Pastora antes del almuerzo de confraternidad.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un año para recordar!!

Anónimo dijo...

Magnífica noticia de actualidad que nos dais a conocer desde este blog tan excelente, sois geniales. Enhorabuena a los administradores, colaboradores, equipo jurídico, comentaristas, etc. Un saludo desde Gotham (E.E.U.U)

Anónimo dijo...

Parece que fue ayer cuando vivimos estos acontecimientos y ya ha pasado diez años, gracias a este blog por hacernos recordar estos momentos grillantes que quedaran para la historia de los pastoreños.

Anónimo dijo...

Cuantas cosas se hicieron!! viva la pastora divina

blancoscostales dijo...

y que pocas se hacen ahora...