Precisamente hace 150 años en el presente 2013 de la edición del programa de las fiestas pastoreñas que enmarcado en la casa-hermandad, nos da una idea de cómo se desarrollaban en la mitad del siglo XIX las fiestas en honor de la Divina Pastora. Se trata del primer programa de las fiestas que se conserva, este tipo de folletos se editaban todos los años informando a los vecinos de los cultos y festejos a celebrar.
Este cartel o convocatoria de cultos cuenta con una bella orla alrededor del texto que acertadamente fue recuperada para la convocatoria de los cultos de Septiembre hace unos años, aunando bajo este diseño la historia y el presente de unas fiestas donde la devoción del pueblo por su Divina Pastora se ha mantenido firme y pujante.
En las fiestas de 1863, destacar que daba comienzo el siete de septiembre con la novena que comenzaba a las siete de la tarde y en la que ya se cantaban coplas en honor de la Divina Pastora por un coro de hermanas aficionadas al canto. Igualmente tanto en la novena como en la Función del día de la Virgen participaba una escogida orquesta que solemnizaba estos cultos. A la puerta del templo se encargara de tocar escogidas piezas la banda de aficionados filarmónicos que tanto distingue a esta Villa con sus adelantos.
El día 8 de septiembre, fiesta principal en honor de la Divina Pastora, la función solemne tenía lugar a las ocho de la mañana, aquel año corrió el panegírico a cargo del P. Narciso Doyague de la Compañía de Jesús. A diferencia de la actualidad, la procesión triunfal de la Divina Pastora comenzaba a las seis de la tarde, y sin perjuicio de que al caer la noche alumbrase la carrera infinidad de luces y bengalas. Cuatro grandes arcos de triunfo exornaban la carrera y se encendían todos los días de la novena para alumbrar a los fieles cuando se encaminaban al Templo.
Al finalizar la procesión tenía lugar un vistoso castillo de fuegos artificiales dirigido por el acreditado artista pirotécnico Don Manuel Martínez de Pinillos. A continuación en el programa se desglosa el contenido del espectáculo destacando como noveno punto: “En el ultimo cuerpo se leerá con luces de colores Viva la Divina Pastora siguiendo otros fuegos de mucha vista”.
A las doce la noche tenía lugar un escogido baile de sociedad en la que estaban convidadas cuantas personas notables contiene este vecindario y buen numero de foráneos que se prometen favorecerle con su presencia.
Los siguientes días continuará la novena con el mismo celo cristiano y entusiasmo que caracteriza a este pueblo, y durante la misma la bellísima Imagen de la Divina Pastora estará en el hermosos risco con infinidad de ovejas amedrentadas por serpientes y lobos, multitud de objetos propios del lugar como prados matizados, aparentes arroyuelos y peñas cubiertas de musgos, y por ultimo varios pajarillos que murmullaran musicalmente.
Curiosa la descripción de nuestro simpar Risco, que ya constituía en aquella lejana fecha uno de los atractivos principales de nuestras fiestas mayores, llama la atención la presencia de pajarillos. Estos eran colocados en jaulas en el interior del risco y con su sonido aportaba aun más naturalidad a este escenario bucólico. Finalmente se menciona que los días primero y último de novena para realzar estos cultos se contó con la presencia del Pro. Don Francisco de P. Sánchez y del Pro. Don Nicolás de Lora, Mercedario.
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