Una escena entrañable y típica en los cultos pastoreños de
Mayo es la tradicional ofrenda de flores que los niños de la Hermandad realizan
a la Divina Pastora ataviado de pastores, que ha dado lugar a que popularmente
estos cultos sean conocidos como “los pastorcitos”.
En 1978, la ofrenda dejó de realizarse en el camarín y
empezó a efectuarse en el Altar Mayor de nuestra Parroquia, a donde es
trasladada la Virgen para el triduo, de ese año data esta fotografía en la que
vemos a los hermanos Emilio y Fernando Cañavate Rodríguez ofreciéndole sus
flores y junto a ellos su madre, Pastora Rodríguez Duran. La Virgen se dispone
en su peana de plata con el cayado dorado estrenado en 1965 y junto a ella
multitud de flores que durante la jornada habían ofrecido los niños pastoreños.
Curiosamente todavía no se ponía el dosel que se ha hecho característico del
besamanos de Mayo y como fondo se ve el altar del triduo con el frontal de Seco
Velasco en primer término.
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