Al siglo XVIII se remonta la devoción a la Divina Pastora en
la ciudad de Morón de la Frontera, posiblemente introducida por D. Manuel de
Angulo y Benjumea quien mantenía lazos de amistad con los capuchinos del
convento de Sevilla e intervino en las diferencias surgidas entre la primitiva
hermandad de la Pastora y estos tras la muerte del Padre Isidoro de Sevilla. En
la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel
se encuentra una hermosa pintura de esta época que sigue el modelo creado para
la primera pintura siguiendo las indicaciones del venerable Padre Isidoro.
En el último tercio del siglo XVIII queda establecida la
Hermandad de la Divina Pastora, esta fue fundada por el Beato Diego José de Cádiz
muy ligado a la ciudad de Morón, predicando la novena a Jesús Nazareno de la
Fuensanta cuando se produjo el conocido “milagro del rayo”. A la Hermandad de
la Divina Pastora pertenecían los agricultores más fuertes del pueblo, quienes
costeaban su novena y procesión con gran pompa y solemnidad. Recibia la
Hermandad numerosas ofrendas de sus devotos para el ornato de la Imagen de la
Divina Pastora que se veneraba en la iglesia de la Compañía.
Pasado este tiempo de esplendor la Hermandad languideció y
acabo desapareciendo, suprimiéndose los cultos en honor de la Divina Pastora,
aunque su bella imagen atribuida a la gubia de Juan de Astorga en los últimos años
del siglo XVIII se sigue venerando en la iglesia de la Compañía, siendo una
Imagen de candelero para vestir que sigue la iconografía de las primeras
representaciones escultóricas de esta advocación. Sería interesante un estudio
profundo de esta extinguida hermandad moronense que mantuvo durante décadas el
culto a la Divina Pastora en este pueblo.
Fuente: Adalid Seráfico.
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