jueves, 23 de mayo de 2013

Reina, Pastora y Madre

Vidriera de la Virgen del Rocío en el Santuario de la Divina Pastora

La vinculación del Rocio con la Divina Pastora de Cantillana

En las marismas del Guadalquivir, en la confluencia de antiguas caminos que comunicaban el Condado de Niebla y tierras de Sanlúcar y de la antigua Villa de Mures (hoy Villamanrique de la Condesa), encontramos el Santuario de la Virgen del Roció patrona de Almonte. Esta antigua devoción que se remonta a los tiempos de Alfonso X El Sabio y que en 1653 es nombrada Patrona de Almonte, en cuyo término se levanta este importante foco de la religiosidad popular Andaluza, pues no en balde desde el siglo XVII fue el gran centro de peregrinación de la comarca de Doñana, el Condado Onubense y el Aljarafe Sevillano, y ya en el siglo XX se desborda por toda Andalucía y España, convirtiéndose en la devoción más extendida del sur, con un centenar de hermandades filiales que le rinden culto en cientos de rincones de la geografía nacional e incluso fuera de nuestras fronteras.

Pastora de las Marismas

Indudable es el carisma de la antigua y hierática imagen de Santa María de las Rocinas, llamada del Rocío desde el siglo XVII, que atrae hasta sus plantas a tantos peregrinos y devotos en aquel idílico paraje de las marismas almonteñas, hoy Aldea del Rocío. Una devoción universal que también se ha visto imbuida de otra universal advocación nacida de Sevilla, la de la Divina Pastora.
La Virgen del Rocío vestida de Pastora para su traslado a Almonte.

Y es que para muchos decir Rocío es decir Pastora, ambos nombres definen a la misma Virgen, la Madre de Dios. Bien lo sabe el pueblo de Almonte cuando cada siete años recibe a su patrona entre salvas de escopetas y arcos de flores, vestida de Pastora con sombrero de flores sobre  su cabellera de tirabuzones.  Es común entre los almonteños referirse a la Virgen como “la Pastora”, apelativo que ha emocionado a más de un pastoreño de Cantillana cuando de los labios de los almonteños a escuchado: “ya viene la Pastora…”.
Ya en el siglo XVIII condiciendo con el origen de la devoción pastoreña, quizás por predicaciones de capuchinos en Almonte, se comienza a llamar a la Virgen del Rocío como Pastora, empezándose también, quizás ya a finales de esa centuria a ataviarse para los traslados a su pueblo con la indumentaria de viajera peregrina o Pastora como popularmente se le llama. La indudable influencia pastoreña en la Virgen del Rocío ha dado lugar a que el multitud de sevillanas y letras se le denomine como Pastora, nombre que sale de los labios de los rocieros piropeando a la Virgen en los vivas con los que es aclamada.

Y como a su Madre, al Divino Infante que lleva en sus brazos, lo conocen todos los rocieros como el Divino Pastorcito, y mucho se le debe a la Palma del Condado, cuya Hermandad regalo en los años de 1940 su primer traje de Pastorcito. D. Ignacio Cepeda, Vizconde de la Palma, es el promotor de un bello azulejo del Divino Pastorcito del Rocío que se colocó sobre una fuente en la parte trasera de su casa de la aldea, por lo que popularmente se conocía como “fuente del Pastorcito”. En la Plaza de Andalucía de Almonte se ha realizado una recreación de la misma también con la Iconografía del Pastorcito de la Virgen en cerámica.
La representación de la Divina Pastora es común en la iconografía rociera, y no sólo de la Virgen marismeña ataviada de Pastora, sino que en la portentosa carreta de plata de la hermandad de la Palma del Condado aparece, presidiendo su delantera, una Imagen cincelada en Plata de la Divina Pastora siguiendo un modelo del escultor pastoreño Sebastián Santos; también en la carreta de plata de la hermandad del Rocío del Salvador está la Divina Pastora siguiendo como modelo una pintura de Orce que encontramos en el Convento de Capuchinos de Sevilla; finalmente en otras carretas como la de Triana también aparece la imagen de la Divina Pastora recreada en múltiples formas de su variada iconografía.
En la parte superior de la carreta de la hermandad de Carrión se puede
leer la leyenda “Divina Pastora”, advocación presente siempre en el Rocío.

Visitar Almonte cada siete años para los traslados de la Santísima Virgen, nos traslada a nuestra calle Martin Rey, y es que la costumbre de exornar las calles con arcos y flores de papel no es exclusiva de Almonte sino que fue habitual desde el siglo XIX en muchos pueblos de la baja Andalucía, caso de Cantillana donde para sus fiestas mayores, desde el siglo XIX fueron frecuente los arcos y cadenetas de flores, como se desprende de antiguas fotografías y de los libros de cuentas. Esta tradición se perdió parcialmente y fue recuperada hace unos veinte años por el grupo joven de la Hermandad en la pastoreña calle Martin Rey. Finalmente en el año 2006, siguiendo esta estética popular se estrenó la cúpula central que señala el lugar donde tiene lugar el momento cumbre de la ceremonia del Sombrero. La misma, en forma de templete, evoca en sus formas los exornos almonteños. 

La influencia pastoreña en la devoción rociera lo manifiesta claramente en los años de 1950 el autor de nuestro Himno, fray Sebastián de Villaviciosa en su libro: “te canto por alegrías mare mía der Rocío”. En el mismo, narra con el agitanado deje de habla andaluza la venida de la Virgen a las marismas de Almonte, llevada por ángeles quienes: “… la pasaron por Cantillana, para que viera bien el pueblo donde como Pastora la querrían más en el Mundo”.


La influencia rociera en la  Romería Pastoreña

Como la Virgen del Rocío se influencia de la devoción pastoreña, también en Cantillana hemos bebido de algunas de las connotaciones características de la devoción rociera, de esta forma es innegable la influencia del Rocío en nuestra popular Romería, que han hecho que se refuercen aun más los vínculos entre ambas advocaciones. La popularidad e importancia de la romería rociera ha hecho que sus características estéticas hallan influenciado de una u otra forma al resto de romerías andaluzas, tanto a las antiguas como a las de nueva creación a en la segunda mitad del siglo XX. Es algo parecido a la influencia de la Semana Santa de Sevilla o su Feria de Abril en las Semanas Santas y ferias de la mayoría de las ciudades y pueblos del sur de España.
La escuela de tamborileros de la Divina Pastora está haciendo
una gran labor manteniendo los sones camperos
de la gaita y el tambor en nuestro pueblo.

A partir de la creación en 1952 de nuestra Romería, la figura del tamborilero, o como popularmente lo conocemos en Cantillana “el tío del tambor”, se convierte en un elemento netamente pastoreño. Los sones de la gaita y el tamboril marismeños nos traen a todos los pastoreños el entrañable presagio de la romería con la que cerramos las fiestas; especialmente el tradicional “romerito” que se ha convertido prácticamente en un himno de la Romería. El tamborilero es hoy una figura imprescindible y fue el primer tamborilero de la hermandad nada menos que el conocido “Rafael”, posteriormente Carmelo y actualmente Celedonio, todos ellos de la misma saga, tamborileros de la Hermandad del Rocío de Triana, de la que también toma nuestra romería la tipología de carreta como veremos más adelante. También la escuela de tamborileros de Villamanrique participó en el 2002, abriendo el Santo Rosario preparatorio de la Romería, con motivo de su L aniversario.

Hace unos años se creó la escuela de tamborileros propia de la Divina Pastora, quienes han sembrado el pueblo de Cantillana de nuevos tamborileros pastoreños, que permitirán perpetuar y mantener más viva la presencia de esta tipología musical en nuestra Romería. Los mismos también acuden al Rocío acompañando otras hermandades rocieras como la de Osuna.  

El Rosario del sábado de romería por la aldea de los Pajares con
el Simpecado grana alumbrado por bengalas.
Las primeras sevillanas populares de nuestra Romería fueron versiones de las del Rocío: “cuando la Virgen llega a Los Pajares…”, “no es obra humana…”, “de salerosa”, “La ermita no es ermita…”. Todo ello se potencia sobremanera con la llegada en los últimos años de la década de 1960 de la eclosión del boom de las sevillanas por los Romeros de la Puebla, quienes desde su inicios y durante muchos años vinieron a la Romería y compusieron temas dedicados a la Divina Pastora como la popular sevillana de “la Calle de Martin Rey”. Como los Romeros de la Puebla, otros grupos rocieros como “los Pastorcitos de Gines” o el coro de Gines, también participaron por aquella época en cultos y actos de la hermandad.

Un conocidísimo letrista de sevillanas y temas rocieros es Manolo Garrido, quien también compuso para la Pastora cantillanera las ya añejas sevillanas “dile a la Pastora, dile”, y sobre todo la Salve Pastoreña entre otros temas.  Es este el autor de las letras de la famosísima Misa de alba en las Marismas, de los Romeros de la Puebla, que sirvió y sirve de referentes a las cientos de Misas Flamencas compuestas desde los años setenta, de las que una gran muestra la tenemos en las que se han compuesto durante casi tres décadas para la Divina Pastora de Cantillana interpretadas por el Coro de su hermandad o por el grupo pastoreño “los de la Cruz”. Como Garrido, el Padre Quevedo, jesuita, también es autor de famosos temas rocieros y a la vez de la letra de unas sevillanas dedicadas a la Pastora de Cantillana titulada “cantillanera” y que el coro de la hermandad interpreta adaptada como plegaria. Igualmente otros autores rocieros como Enrique Casellas han compuesto bellos temas para nuestra Pastora, aunque en este caso, podría decirse más bien que se trata de un autor pastoreño componiendo temas rocieros.

El mismo coro de la hermandad, fundado en la década de los setenta, adopta el formato de los coros rocieros especialmente los de Ginés, Almonte o Triana, cuya andadura por aquella época marcaron todo un hito en el mundo de las sevillanas. El mismo coro le dedico diversos temas a la Virgen del Rocío, grabados en sus dos primeros discos, con letras y músicas de Antonio Portillo, José Manuel Sanz o Fco. Javier Campos, todos ellos pastoreños, destacando “y qué más da”, “cuando termina el Rocío”, “Flores del Rocío”, “Las hermandades se van” o “Rocío, Paloma blanca”.
Nuestra simpar carreta de plata fue una
de las primeras que se hicieron siguiendo
el denominado “estilo rociero”.

Cuando a partir de 1985 la romería comienza a celebrarse durante dos días y la venta de parcelas contiguas a la ermita hacen posible la creación de la aldea de la Divina Pastora, esta influencia rociera es que más notable. En este sentido se interpretan la celebración de la Misa de Romeros en la mañana del domingo (hasta ese año se celebraba cuando se llegaba a la ermita sobre las dos de la tarde) y la inclusión del Rosario nocturno, en los que los devotos de la Virgen portan velas y acompañan al Simpecado escoltado con la luz de las bengalas (novedoso Rosario en Cantillana luego imitado en otra celebración local). Desde esos años, también es frecuente la presencia de otras hermandades pastoreñas invitadas, que son recibidas en a las puertas del santuario pastoreño la noche del sábado.

La emblemática e inconfundible forma de nuestra carreta de plata, sigue el que algunos denominan “estilo rociero”, tipología creada por la Hermandad de Triana que fue la primera en llevar al Rocio, en lugar de los antiguos cajones, una carreta de orfebrería con seis columnas y bóveda trilobulada, imitada luego por tantas hermandades. Fue la carreta de la Pastora cantillanera una de las primeras carretas “de estilo rociero”, tras las de Triana, la Palma del Condado y Sevilla, además fue la primera que salió del taller de Villarreal.
Al igual que la iconografía pastoreña está presente en diversos elementos del Rocío, también en la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana contamos con dos representaciones de la Blanca Paloma. La primera en una de las vidrieras de la ermita pastoreña, donada por D. Manuel Espinosa Durán y Sra., mediante el cual nos cedieron durante varios años la carreta de la hermandad de Sevilla, dada su amistad con José María Domenech, hermano mayor entonces de aquella hermandad rociera. En ella vemos a la Virgen almonteña vestida de Reina; también en la capilla trasera del actual paso de la Pastora, está presente la Virgen del Rocío.
La Pastora de Cantillana en la romería de 1960,
ultimo año que se utilizó la carreta de plata de
la querida Hermandad de Sevilla.

La Hermandad de la Divina Pastora y la del Rocío de Sevilla

Cuenta la Hermandad de la Pastora vínculos afectivos con varias hermandades rocieras, aunque, sin duda, es la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Sevilla con la que se mantiene una mayor relación, desde que en 1956 con motivo de la bendición de la primera piedra de nuestra Ermita, nos cedieron su antigua carreta de orfebrería, la de las cuatro columnas.

Dicha carreta fue utilizada por nuestra hermandad durante cinco romerías, hasta que en 1961 se estrenó la actual carreta, y vino por mediación del pastoreño D. Manuel Espinosa Durán a quien le unía una gran amistad con D. José María Domenech, hermano mayor de la corporación rociera. Según Basilio Pérez Camacho, en un artículo suyo en nuestra revista Cantillana y su Pastora: “esta carreta, me contaba mi tío José Pérez Zamora –mi inolvidable y pastoreñisimo tío Pepe era trasladada desde Sevilla tirada por mulos al mando de Antonio Daza Barba “el mancebo” al que acompañaban algunos miembros de la hermandad como los hermanos Villarreal o el propio informante. Venia totalmente protegida por una funda de lienzo, y en algunas ocasión, por el asombro de las bestias, llegaron a temer por la integridad de la misma…”.

En el 2005, ante la imposibilidad de llevar la carreta de plata debido a la epidemia de Lengua Azul entre los bueyes, de forma excepcional la imagen de la Divina Pastora se trasladó  en andas hasta su Santuario a hombros de los pastoreños. Por ello, la hermandad rociera del Salvador, renovando aquel gesto de hermandad de los años cincuenta cedió el templete de plata que utilizan para la procesión de su titular el 22 de diciembre y que es una copia del que tiene la propia imagen de la Virgen del Rocío de Almonte. Fue una romería irrepetible y de las más emotivas que se recuerdan por la cercanía de la Virgen portada por todo su pueblo en este templete que propició una inédita y rociera estampa de la Divina Pastora.

En agradecimiento por la generosidad de esta hermandad rociera, el 22 de diciembre de ese mismo año, coincidiendo con la salida de su titular, una amplia representación de cantillaneros asistió e hizo entrega de una ofrenda floral y un cuadro con la Pastora en el templete.

La recordada romería de 2005, propicio la peculiar estampa de la Divina
Pastora en el templete de la hermandad de Sevilla, llevada por
sus hijos a hombros debido a la ausencia de bueyes derivada de la lengua azul.
Posteriormente, ha ocupado el cargo de hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Sevilla un pastoreño, pregonero de nuestra romería, Ricardo Laguillo Morejón nieto, hijo y hermano de camareras de la Divina Pastora de Cantillana, quien en su pregón del Rocío de dicha hermandad, hizo mención en diversas ocasiones de su devoción pastoreña. En la romería pastoreña de 2011, este hermano mayor, en representación de aquella hermandad, y como respaldo definitivo a este afectuoso vínculo, hizo entrega de un alfiler con una medalla de oro de la Virgen del Rocío que le fue impuesta al Simpecado de la Divina Pastora; del mismo modo desde aquella fecha, el Simpecado del Rocío de Sevilla porta una medalla de oro de la Pastora de Cantillana.

También nos unen vínculos con la cercana hermandad rociera de Tocina, participando nuestra hermandad y nuestro coro en diversos cultos y actos en los que esta corporación los ha requerido. Con ella peregrinan al Rocío varios pastoreños cantillaneros. Así mismo, con la Hermandad del Rocío de la Macarena, hacen el camino destacados pastoreños, siendo camarera de su Simpecado Rosa Inmaculada Pérez, también pastoreña cuya hija fue romera infantil de nuestra Romería en el 2004.

Los pastoreños peregrinos en el Rocío

Peregrinar de forma oficial al santuario del Rocío, aun habiendo tantos vínculos entre ambas devociones, nunca ha sido habitual en nuestra hermandad, reservándose sólo y exclusivamente para momentos ocasionales y extraordinarios como lo fue el Año Mariano de 1974. En dicha ocasión centenares de pastoreños se trasladaron hasta las plantas de la Blanca Paloma acompañando el Simpecado blanco de gala, oficiándose la Santa Misa a los pies de la Reina de las Marismas, siendo la primera peregrinación oficial al Rocío de algún colectivo cantillanero. Era nuestra hermandad una vez más pionera, como en multitud de ocasiones, y en este caso por tantos y justificados vínculos entre el Rocío y la devoción pastoreña.
El Simpecado de la Divina Pastora junto a los peregrinos pastoreños se
encamina a la Parroquia de Almonte en la peregrinación del pasado 2 de
marzo con motivo del año jubilar.

El 2 de marzo de este año, coincidiendo con el Año Jubilar que S. S. Benedicto XVI ha declarado en el Rocío y en Almonte con motivo del bicentenario del Rocío Chico (nombre que se le da a la Función Votiva que celebran los almonteños cada 19 de Agosto desde 1813), la hermandad pastoreña ha vuelto a peregrinar, esta vez hasta la iglesia parroquial de la localidad onubense, donde como cada siete años, por el espacio de nueve meses, es venerada la Virgen. En esta ocasión más de doscientos pastoreños acompañaron el Simpecado Grana de la Pastora Divina desde la parroquia pastoreña hasta los pies de la Virgen del Rocío donde se celebró la Eucaristía cantada por el coro de la Hermandad.

Este año, Los Pastorcitos, nombre popular que le damos a los cultos en honor de nuestra Pastora que celebramos en mayo para conmemorar la fiesta litúrgica de la Madre del Buen Pastor, han coincidido una vez más con la fiesta de Pentecostés, en la que se celebra el Rocío. Esta coincidencia nos hace reflexionar sobre esta relación, ya antigua, entre estas dos advocaciones e imágenes tan distintas, pero tan cercanas en el tiempo y en el espacio, y que tantas similitudes comparten. Que más da, cuando a través de ellas se venera a la misma Madre de Dios y nuestra, que tiene por nombre María, que nos riega con el rocío de la Gracia del Espíritu Santo y ejerce en nuestras almas el oficio de Reina, Mediadora y Pastora Celestial.

Y si te llaman Rocío
y si te llaman Pastora,
lucero de la mañana
que seas Patrona de Almonte
o Reina de Cantillana.


"Sevillana de Antonio Portillo".


José Miguel Martín Hernandez


Fuentes:

Basilio Pérez Camacho, Su primera Romería. Cantillana y su Pastora nº 5, año 2000.
Fray Sebastián de Villaviciosa, Te canto por alegrías mare mía del Rocío.
Daniel Pineda Novo, Historia del Condado de Cantillana y de la Hermandad de la Divina Pastora.
Santiago Padilla Diaz de la Serna, Rocio: sal y sol de Andalucia.
Revista Cantillana y su Pastora nº del 11 al 15.
Hermandad Matriz de Almonte: http://www.hermandadmatrizrocio.org/
Hermandad del Rocío de Sevilla: http://www.hermandaddelrociodesevilla.org/

3 comentarios:

Anónimo dijo...

enorabuena por este articulo, tan bueno como todo lo que publicais en este blog. Una nota curiosa, añadir que el famoso coro de la Virgen del Rocio de Gines debuto en Cantillana en 1970 con motivo de la celebración del 250 aniversario de la Hermandad. Un saludo desde Gines.
VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO
VIVA LA DIVINA PASTORA
VIVA LA HERMANDAD DE GINES

Anónimo dijo...

Felicidades, un articulo buenisimo, y muy bonita la sevillana del final, aver si podeis poner la letra completa. Viva la pastora divina!!

Anónimo dijo...

muy bonito el articulo, gracias y mil veces gracias a todos los que haceis posible esta pagina porque continuamente nos estais enseñando cosas cosas de la historia de la Pastora.