En
1979, hace ahora 33 años, la edad en que murió nuestro Señor, nació un varón en
el hospital Virgen del Rocío de Sevilla,
hijo de Fernando y Ángeles, de la calle Florencia, cercana a Santa
Justa, San Roque y la Trinidad.
Prontamente,
la familia se dio cuenta de las inclinaciones artísticas de Nani, diminutivo familiar con el que empezó a ser llamado Fernando
José Aguado Hernández, que es su nombre de pila con los dos apellidos.
Durante
los estudios de sus primeras letras y bachillerato, cursados íntegramente en el
colegio hispalense San Francisco de
Paula, se acrecentó su afición, mejor casi devoción religiosa, por las artes
plásticas en general y por la escultura en particular.
La
sevillana Facultad de Bellas Artes fue su destino natural y el ínclito profesor
Juan Manuel Miñarro López, su maestro, como docente de dicho centro y después,
como artista creador en su propio taller de la calle Viriato, hicieron que
nuestro hombre terminara la carrera, se especializara en Conservación y
Restauración, por lo que obtuvo la correspondiente titulación, y aprendiera
bien el oficio, de manera que adquirió suficientes conocimientos para
defenderse en la vida e instalarse de manera autónoma en la calle José Laguillo
de su ciudad.
No
es fácil abrirse camino en el mundo del arte, ni tan siquiera en la Sevilla
cofradiera, que es centro mundial de buena parte de la producción y
restauración de este importante mundillo.
Nos
dicen los documentos que artistas señeros como La Roldada o su sobrino, Diego Roldán Villalonga, emigraron a otras
ciudades buscando el trabajo del que carecían aquí, debido al gran número de
colegas que había en aquella época.
Actualmente,
no carece nuestra capital de artistas creadores en esta rama, más bien, al
contrario. Uno de sus más destacados autores que brilla con luz propia, sin
tener que moverse de su tierra, es Fernando Aguado, a pesar de ser joven, muy
joven y con mucho camino por delante. Sin duda es un ejemplo de precocidad y de
buen hacer.
Su
Blog lo delata al leerlo. Escueto es su perfil que dimana. No así, lo que se
entrevé de su producción. Ya es larga, como lo atestiguan sus más de cincuenta
obras, de diversa índole, con imágenes para poblaciones importantes.
A
modo de síntesis, podemos relacionar, como obras nuevas, las del Nazareno de la
Caridad de San José Obrero de Sevilla, Niño Jesús de Praga del Santo Ángel de
Sevilla, Cristo del Amor de Puerto Real, Descendimiento de Hellín, Cristo del
Amor y Santos Varones de Cabra, N.P. Jesús del Amor de Chiclana, Nazareno de la
Salud de Jerez de la F., Virgen de la Esperanza de Monóvar, etc. En el capítulo
de restauraciones, se pueden citar a la Virgen del Rosario de la Hermandad de Montserrat,
Misterio de la Sentencia de la Macarena (con el diseño de su orfebrería), retablo del Rocío de la iglesia del Salvador
de Sevilla, restauración y reconstrucción del San Juan de Huete (Cuenca), etc.
De sus obras civiles destacan el busto del Rey del Círculo de Labradores
sevillano, los diseños de los premios Manuel Clavero del grupo Joli y Antonio y
Bernardo de Ulloa de la Junta de Andalucía, etc. Así como el diseño de algunos
trajes de Morante de la Puebla y de enseres cofradieros (llamadores, cartelas,
sayas, etc.), o diversas obras pictóricas, entre las que se encuentran los
carteles de las glorias, eucarístico y universitario de Sevilla, Semana Santa
de Morón, Rosario de la Macarena, etc.
A
principios de año, fue llevada a su taller la utrerana Divina Pastora de las
Almas y desde ese momento, Fernando, entra a formar parte de la historia de
nuestro pueblo.
Vemos
que existen motivos suficientes para profundizar en estos temas con la ayuda
inestimable de Nani, para lo cual nos
encontramos – con una tranquila tarde del estío por delante- en su taller,
ubicado ahora en la calle Arjona, entre los puentes del Cachorro y de Triana,
muy próximo al Guadalquivir.
Hablando
sin prisas tratamos de descubrir algunas de sus facetas más recónditas para que
nos ayuden a ampliar su currículum y a conocer mejor al hombre. Sin dudas, su
gran pasión es la escultura, aunque también le dedica buena parte de su tiempo
a la pintura, dibujo, diseño, música (percusión), fotografía… sin olvidar –por
supuesto- sus relaciones familiares con su mujer Marta, con la que vive en el
pueblo de Camas, por comodidad y cercanía; su hermana Rocío, que es además
aprendiz en el taller; sus padres y resto de familiares y amigos.
Además
de lo anterior y dentro de su actividad cofrade, es costalero del Cristo de la
Amargura y del Cautivo de Santa Genoveva, así como capataz del paso salesiano
de don Bosco de la Trinidad, de modo que –probablemente- mandará las andas con
las reliquias del santo fundador turinés, en su traslado a la catedral
sevillana, a principios de otoño. Reliquias, por cierto, que seguidamente
pasarán por el Carmen de Utrera.
Fernando
encuentra su antecedente artístico familiar en su tío Juan Luís Aguado,
reconocido pintor y cartelista sevillano, al que –cariñosamente- denomina su
“ojo clínico”, porque le da sabios y críticos consejos que le estimulan para no
caer en la rutina y en el adocenamiento. En el fondo, trata de no olvidar que
el halago –como humano- debilita y acomoda hasta caer en lo vulgar.
Nos
confiesa que una Piedad sería la obra
que me gustaría realizar. En cuanto a su opinión sobre el mundo cofrade en
general, cree que –hoy- se ha perdido la
medida y está intoxicado por la
ignorancia, y viciado por las modas y tendencias. Encontrándolo poco formado,
por lo que las personas más preparadas deberían tener más poder de opinión e
influencia.
A
la pregunta de si estaba agotado el estilo artístico cofradiero actual,
respondió que más que agotado, diría
acotado, en cuanto al estilo que puede desarrollar cada autor. En mi obra
necesito buscar el naturalismo con un toque de sabor antiguo, pero sin llegar a
la corriente hiperrealista, la cual respeto mucho. Lo que sí busco siempre es la unción en la imagen. Siento
gran admiración por los grandes maestros de todas las épocas, y es mi mejor
referencia para no caer en la autocomplacencia. Tras estas palabras,
hagamos una parada para reflexionar, ya que se está refiriendo al meollo de la
cuestión, nada menos, a que persigue la unción de la imagen para que trasmita
fervor y devoción. Para ello, pensamos
que -en tan compleja realización- existen momentos en los que se unen lo
espiritual con lo material, para que la imagen tenga alma. ¿No conocemos a
algunas efigies sagradas que la poseen? Claro que sí.
Seguramente,
ése debe ser la parte del proceso en la cual bullen las ideas y se encuentra en
plena efervescencia la labor creadora del artista. Tal vez, a aquellos maestros del XVII les fuera menos
complicado captar esa espiritualidad que surgía de la propia sociedad más
fácilmente.
Tras
el paréntesis, prosigamos, ya que manifiesta que me gusta el mundo de las atribuciones y conocer el veredicto de
profesionales cualificados, aunque evidentemente, lo único seguro es el
documento que lo acredita, en ocasiones dentro de la propia imagen.
Ahora
mismo, su máxima aspiración artística es seguir
progresando y mi inmediato futuro está en la ejecución de los apóstoles
dormidos del Huerto de San Fernando, Cristo Coronado de Espinas de la Roda
(Albacete), Prendimiento de Torre del Campo (Jaén), etc.
Así
mismo, muestra un deseo: respecto al
arte en la Semana Santa, hay que cuidar esto un poquito más, respetando y
mejorando sin destruir.
Para
nuestro pueblo, hace hincapié en que
siga fabricando muchos mostachones, cante bueno y muchas gracias por confiarme
la restauración de la Divina Pastora.
Divina Pastora de las
almas
Desde
2007, don Diego Pérez (párroco de Santa María) y un grupo de fieles, tratan de
recuperar la devoción de la Divina Pastora de las Almas de Utrera, pero se han
encontrado con unos problemas estructurales en tan peregrina imagen, que no se
pudieron corregir en la breve y muy correcta intervención que le realizó
Sebastián Martínez Zayas –en junio de dicho año-, para que pudiera ser
trasladada a la capilla de San Bartolomé y desde allí, al santuario de
Consolación con motivo de la VII Confraternidad de las hermandades de la Divina
Pastora que se celebró en nuestro pueblo, coincidiendo con el V Centenario de
la venida de nuestra Patrona.
Representantes de la asociación de la Divina Pastora de Utrera,
como su
presidente, David Gutiérrez, junto a Fernando Aguado en su taller. |
A
inicios de otoño, la encontraremos en nuestro templo mayor, bellísima como
siempre, pero consolidada por nuestro entrevistado, de manera que se le podrán
celebrar los cultos en su honor.
La
Pastora de Utrera es una imagen singular, por su historia y su arte, que le
hace ser referencia obligada –al ser de las primeras- en el estudio de esta
iconografía tan sevillana, que fue creada en la capital por fray Isidoro de
Sevilla a comienzos del siglo XVIII.
Atribuida
–en los últimos años- al prestigioso Montes de Oca (1715), fue titular de la
segunda hermandad más antigua del universo con dicha advocación, como es la
nuestra. No en vano, en toda esta génesis, intervino directamente el mismísimo
fraile desde 1707, quien fundó dicha
corporación en la capilla de San Bartolomé,
apóstol de Caná de Galilea que da nombre –en la Vereda utrerana,- al
templo construido expresamente para el Señor. Después, 1822, la representación
mariana pasó a Santa María hasta hoy.
En
el informe sobre el estado de conservación de nuestra imagen de Fernando
Aguado, con fecha del 20-9-2010, contenido en un amplio dossier
histórico-artístico preparado al efecto por una comisión, ya se indicaban los daños graves que
presentaba y la propuesta de intervención.
Tras
todos los permisos reglamentarios y habiendo movido Roma con Santiago en busca
del inevitable dinero para la restauración, la citada comisión la llevó a
Sevilla, en la fría noche del 12-1-2012.
Después,
don Diego Pérez Ojeda, cura de Santa María, David Gutiérrez García, que hace la
misión de presidente delegado de esta asociación o grupo de fieles parroquial,
junto con otros miembros de ella, han visitado el taller para hacer el oportuno
seguimiento de la delicada labor.
No
vamos a entrar en más detalles técnicos y otros pormenores por falta de
espacio, aunque sí vamos a conocer la opinión del restaurador -in situ- de
manera coloquial, una vez sorteados los peligros que amenazaban arruinar tan
valiosa talla.
Referente
al estado de la imagen antes del inicio de la restauración, señala que era muy deficiente, peor de lo que
parecía en el primer informe, ya que tenía problemas estructurales muy graves
que afectaban además a la estabilidad de
la policromía de las zonas del cuello.
Las
patologías principales encontradas fueron problemas estructurales, xilófagos,
grietas, roturas, erosiones, serrín, clavos y tachuelas, policromía sucia y con
repintes, gruesa capa con tres policromías en algunas zonas a punto de
desprenderse, etc.
Por
otro lado, coincide con la época y posible autoría, que últimamente se vienen
barajando. De principios del XVIII de
José Montes de Oca, al presentar todas las características propias de este
autor y su analogía con otras imágenes suyas. Como ejemplos, comparó las
manos de la sevillana Virgen de los Dolores de los servitas y el bello rostro
de la Pastora malagueña, que mostraban su ordenador, con los rasgos propios de
la nuestra, allí presente.
Respecto
a los medios utilizados para el diagnóstico son los típicos de estos casos: radiografías, rayos ultravioletas, fotografías, etc.
La
intervención que acabo de realizar es la consolidación de estructuras y zonas afectadas del cuello (se
refiere al busto completo), dejando en
descubierto la policromía primitiva de esta última zona, que presenta un ligero
matiz más rosáceo que las policromías posteriores.
Actualmente,
se encuentra salvada, aunque me ha costado muchas más horas de las previstas,
pero no importa porque la imagen se lo merece.
Seguidamente,
empezaré con la reintegración de la policromía en las zonas afectadas, continuaré con la talla de un risco nuevo, la
incorporación del candelero y los zapatos nuevos, que le están haciendo.
Otros
detalles que debemos de conocer es que el cuerpo viejo no es artístico, ni de
valor al estar destinado para ser vestido. Es funcional de madera y se
encuentra en lamentable estado, con las piezas fisuradas y desensambladas,
siendo foco de infecciones. Por eso, la
empresa Enrique Castillo e Hijos, S.L. realizará uno nuevo y proporcionará la
madera para la peana de manera altruista, en cedro real. Lo mismo hará
Andresito Jiménez con los zapatos. Las zonas más visibles (cara y manos) prácticamente
quedarán igual, ya que la tercera policromía es antigua y de buena calidad, por
lo que es aconsejable no correr con riesgos innecesarios de eliminar la
superficie más inmediata sin la garantía de encontrar otra debajo en buen
estado. También, le pondrá nuevas pestañas y nuevos elementos de sujeción del
callado y la aureola.
Preguntado
si habrá demora en la finalización de los trabajos, indica que no creo, estará para el otoño y además, al
ser imagen sedente, no tiene ningún talón de Aquiles destacable, por lo que
considero que no tendrá problemas en muchos años, tras esta intervención.
Breve
examen al artista
Ojalá
sea así y para que nos ayude a conocer mejor la personalidad del entrevistado,
le hemos hecho un pequeño test o breve examen, que ha contestado amablemente y que
transcribimos:
Una ciudad. Sevilla.
Retocando una de las manos de la Divina Pastora |
Una ciudad. Sevilla.
Una
fiesta. La Semana Santa.
Otra
profesión. Músico. Y médico.
¿Escultura
o Pintura? Cada una en su momento.
¿Creación
o restauración? La misma respuesta.
Un
movimiento artístico. Impresionismo.
Un
escultor. Pedro Roldán. Bueno… y otros
muchos.
Una
escultura. Moisés de Miguel Ángel.
Un
pintor. Rembrandt.
Una
pintura. El Crucificado de Velázquez.
Un
orfebre. Juan de Arfe.
Una
obra de orfebrería. La custodia de
Sevilla.
Un
bordador. Hermanas Antúnez.
Un bordado. La túnica de salida de N. P. Jesús del Silencio de Sevilla.
Un
vestidor. Antonio Bejarano.
Un
tocado. El de salida de la Amargura.
Un
arquitecto. Gaudí.
Un
monumento. El de Joselito el Gallo de Benlliure.
Un músico.
Juan Sebastián Bach.
Una
pieza musical. Réquiem de Mozart.
Una
marcha de Cristo. Cristo del Amor.
Una
marcha de palio. Margot de Turina.
Aparte de Amargura y Soleá dame la
mano.
Un
Cristo. Cachorro.
Una
Virgen. Macarena.
Un
Misterio. Mortaja.
Una
hermandad. Silencio de Sevilla.
Un
momento íntimo. Cuando termino una
imagen y me quedo a solas con ella.
Un
lugar mágico. El foro de Roma.
Un acto cofrade. La mudá del paso del Cristo
de la Amargura.
Un cargo
cofrade. El que no tiene título.
El anónimo. En esta pregunta, recomiendo las sevillanas de la Antología del alma sevillana, de mí compadre
Enrique Casellas.
Como
nos ocurrió con la restauración del Redentor Cautivo por Sebastián, la de la
Divina Pastora por Fernando nos ha permitido profundizar en el sagrado
simulacro y en la persona.
Vamos
a terminar con nuestra enhorabuena a la Parroquia (en la que están incluidas
las personas promotoras de este logro) que recupera la gran joya devocional,
histórica y artística de nuestra Divina Pastora de las Almas, y a Nani como restaurador, al que – así
mismo- agradecemos su gentileza con Vía Marciala. Y lo hacemos usando su
sencillo apelativo cariñoso de Nani,
al considerarnos dentro de sus allegados, porque no en vano, esta restauración,
ya ha establecido un fuerte vínculo
sentimental entre él y Utrera.
Antonio
María Santiago
Publicado en Vía Marciala, en Octubre de 2012
Publicado en Vía Marciala, en Octubre de 2012
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