La devoción de la Divina Pastora en el populoso barrio de Triana arranca a mediados del siglo XIX por el capuchino fray Miguel Mijares. Desde aquella fecha es venerada en la real Parroquia de Santa Ana.
El 31 agosto de1865, es una fecha histórica para la devoción a la Divina Pastora en Sevilla, pues se consolida el fervor trasplantado allende el río, a su más populoso barrio, la marinera y alfarera collación de Triana. Se debió al padre Miguel Mijares, capuchino exclaustrado, cuyo nombre –dice el padre Árdales– “debe pronunciarse con veneración. Por sus méritos había recibido el curato y beneficio de la Real parroquia de Señora Santa Ana, a la cual santificó con su celo pastoral y caridad inagotable, pues todas sus rentas las repartía a los pobres”.
Alternaba la predicación en Santa Marina y en la iglesia trianera. Deseando vivamente una escultura de la Pastora para su propia iglesia, con el mérito y la categoría que tan insigne templo demandaba, no paró hasta conseguir un bellísimo simulacro mariano de Gabriel Astorga y según indica el padre Árdales adaptó su iconografía para el caso. La infanta María Luisa de Borbón sufragó los gastos del retablo y hasta se cree donó sus armiños para hacer con ellos una pellica a la Virgen.
Antigua fotografía de la Divina Pastora en su
altar de Santa Ana |
En 1881 queda aprobada la anterior Regla, por el arzobispo fray Joaquín Lluch y pues en catorce artículos queda compendiada toda la organización de la Hermandad. Este año ya sale en procesión la Pastora trianera, que por primera vez se veía en las calles del barrio, con el consiguiente júbilo y entusiasmo de sus moradores.
La Pastora de Triana llegó a participar en la procesión del Corpus catedralicio, en 1916 y 1917, y en 1939, el domingo 10 de Septiembre salía procesionalmente la Divina Pastora estrenando una nueva canastilla para su paso; las calles del barrio lucían una gran profusión de iluminación y colgaduras. En los años posteriores la procesión mantiene el mismo esplendor, siendo grande el entusiasmo fervoroso de los trianeros por su Pastora.
En los últimos años de la década de 1940 comienza en algunos organismos deportistas y en la orden capuchina, la orden de nombrar patrona del deporte a la Divina Pastora, y así fue declarada, gozando por aquellos años un nuevo florecimiento la corporación trianera, pues su titular presidió numerosos eventos deportivos.
En 1964, tuvo lugar una procesión fluvial por las aguas del Guadalquivir con la imagen de la Pastora trianera. Con motivo de la celebración de los festivales deportivos, y siendo la Divina Pastora Patrona de cuantos ejercitan el deporte, constituyó un acontecimiento popular la procesión fluvial con la imagen bendita, en la presente ocasión con la Divina Pastora de las Almas, de la Hermandad trianera de Señora Santa Ana”. Aquel acto, en efecto, constituyó algo único y bellísimo, pues las embarcaciones que escoltaban a la Señora iluminaban su tránsito con luces de bengalas, las cuales derramaban sus chispas multicolores sobre las aguas del Guadalquivir. Fue, probablemente, la procesión pastoreña más singular que se haya efectuado en toda la historia de la advocación, al menos en nuestra capital, pues en Cantillana se había hecho ya algo parecido en 1924, pero con el Simpecado.
Con el nombramiento de la Divina Pastora como Patrona
del Deporte Nacional, la imagen trianera presidió numerosos eventos deportivos. |
Durante las obras de restauración de la “catedral de Triana” aparecieron bajo el altar de la Divina Pastora los restos del padre Mijares. Como la Hermandad pasó a ocupar la capilla que antes había sido de la Sexta Angustia, dispuso se trasladaran a ella dichos restos, para que siempre siguieran descansando a los pies de su amadísima Pastora, la devoción que con tanto cariño él había instaurado y propagado en este barrio de Triana.
En 1975 con motivo de la celebración del XIV Campeonato Nacional de Salvamento y Socorrismo, se entregaría a la imagen de la Divina Pastora una pequeña insignia en forma de salvavidas, labrada en metal. Posteriormente la Hermandad comienza un periodo de inactividad, hasta finales de la década de 1980 cuando de nuevo algunos devotos intentan revitalizarla.
En 1991 se recuperan los cultos anuales en honor de la Divina Pastora y en 1993 vuelve a salir en procesión restaurándose su emblemático paso y otros enseres. Fue el 19 de septiembre cuando tras diecisiete años sin hacerlo vuelve a salir por las calles del arrabal en clamor de multitud. Ello levantó enorme expectación en tan popular barrio, que nuevamente estuvo a la altura de las circunstancias, arropando con cariño a la Virgen de su Real Parroquia, tan repleta de hermosura y carisma devocional. Constituyó un verdadero acontecimiento.
También se estrenaba un Simpecado de terciopelo liso, color azul noche, con óvalo pictórico donado y ejecutado por el famoso catedrático don Francisco Maireles, que supone un acertado intento de trasladar la tradicional iconografía pastoril al estilo moderno, como no podía esperarse menos de tan personal artista, muy compenetrado también con lo bucólico a través de su ferviente y acrisolada devoción rociera. Se habían recuperado además los bordados de una antigua saya.
Ese año se incluye en sus nuevas reglas a la beata (ya santa) Ángela de la cruz como titular. Así, por admirable designio del destino, quedaban de nuevo relacionadas la fundadora de la orden caritativa y la Madre del Buen Pastor: la santa más genuinamente sevillana con la advocación de María más genuinamente local.
En 1999 la hermandad trianera de la Pastora, acertadamente, no quiso olvidar el tema del patronazgo deportivo que esta corporación tanto alentó y fomentó. Lo sigue haciendo constar de manera oficial en sus convocatorias: “Divina Pastora de las Almas, Patrona del Deporte Nacional”, para que no se pierda la bonita y sugestiva idea. En la medida de sus posibilidades organiza alguna actuación en dicho sentido. Así, durante los meses de junio y julio convocó el primer trofeo de fútbol-sala “Divina Pastora de Triana, en las instalaciones deportivas del Charco de la Pava, que fueron cedidas gustosamente por el distrito de Triana Los Remedios. Se contó con la participación de un total de doce hermandades.
Sin embargo, el año 2000 no dejaría demasiado buen recuerdo en la Hermandad trianera, debido al problema ocasionado por el altar (sencilla estructura neoclásica de madera blanqueada, tipología que ya iba escaseando). Su pésimo estado de conservación hizo obligatorio desmontarlo. Pudo comprobarse entonces que muchas de las tablas estaban carcomidas, así como la necesidad de sanear la parte arquitectónica de la capilla, para luego reponer allí un ara provisional. Afortunadamente, la valiosa imagen de la Santísima Virgen quedó completamente a salvo de tales contratiempos, pasando a venerarse provisionalmente en la capilla de San Francisco o en la Sacramental.
Esta Hermandad conmemora brillantemente el 125 aniversario de su fundación en el 2005. Del 20 al 28 de abril organizó una interesante exposición de su patrimonio en la Casa de las Columnas, cuyo hermoso patio aparecía engalanado con las banderolas que se cuelgan de la torre parroquial durante la procesión.
El 22 de mayo tuvo lugar un rosario de la Aurora con la imagen, acto externo de carácter extraordinario. La procesión anual de septiembre también varió ligeramente su itinerario, llegando hasta la capilla del Rocío en calle Evangelista. El 3 de junio se presentó el cartel conmemorativo, obra de Luis Manuel López Hernández. El conjunto de celebraciones quedó clausurado el domingo 11 de diciembre con el solemne pontifical oficiado por el prelado hispalense, fray Carlos Amigo Vallejo.
El clásico Paso de la Divina Pastora en las puertas de la
Real Parroquia de Santa Ana.
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A partir de 2006 comienza a ejecutarse el nuevo retablo para su titular, con banco de cerámica trianera y cuerpo principal de madera tallada. En el 2008 la Pastora de Triana es elegida para presidir el Pregón de las Glorias, a cargo de la popular periodista Irene Gallardo. Al parecer, la Pastora Trianera no acudía al Templo Metropolitano desde el año 1917. Cuando participó por última vez en el Corpus catedralicio.
La Imagen de la Divina Pastora de las almas es de tamaño natural para vestir, es una notable imagen atribuida a Gabriel de Astorga, probablemente la mejor imagen que este realizara. Llama poderosamente la atención su semblante y sus luminosos ojos negros similares a los de la Esperanza de Triana. Algunos sostienen que fuese otra imagen de gloria adaptada posteriormente a la iconografía pastoreña, de todas formas estamos ante una conseguidísima representación de la advocación pastoreña que además congrega una gran devoción en su barrio.
La Virgen, que sigue el esquema iconográfico propuesto por fray Isidoro de Sevilla, acaricia un cordero restaurado por Fernando Aguado en el 2002. Junto a la Virgen se venera la imagen del divino Pastorcito, obra del siglo XVIII y autor desconocido. Posee un variado ajuar del que destaca la aureola de salida, estrenada en 1959, fue ejecutada probablemente por Andrés Contreras en metal dorado y piedras preciosas, al mismo orfebre se atribuye el cayado de salida, con remate de hojarasca y paloma alusiva a la tercera persona de la Trinidad. En el 2009 se estreno un nuevo cayado siguiendo la estética del anterior, fue ejecutado por arte sacro San Fernando.
El manto de salida es de terciopelo azul bordado en oro y sedas, se desconoce su autoría y la fecha en que fue ejecutado, varios mantos más engrosan su ajuar siendo utilizados para otros cultos y para el culto diario en su capilla.
La saya conocida como “de los pavos”, está confeccionada con piezas de un mantón de manila, la saya de tisú atribuida a Carrasquilla y otras tantas bordadas en oro y sedas de diferente antigüedad así como varios sombreros, completan el ajuar de esta venerada imagen. Entre las diversas hoyas con que se engalana destaca unos antiguos pendientes con los que suele salir en procesión, así como diversos rosarios, una reliquia pequeña de Santa Ana, condecoraciones deportivas y una mariposa de plata y pedrería ejecutada por Lucio Rodríguez García.
El Simpecado de la Hermandad en terciopelo azul liso lleva en el centro una pintura del renombrado artista Francisco Maireles en el que se representa a la Divina Pastora con el Cordero apocalíptico sobre sus regazos. Además destacan otras insignias como el estandarte, el libro de reglas o el juego de varas.
El paso en el que procesiona es todo de metal plateado siendo uno de los más emblemáticos pasos de gloria de la capital, puesto que ha servido para numerosas procesiones extraordinarias de otras imágenes como la Virgen de la O, la Esperanza de Triana o la Paz del Porvenir, igualmente mencionar que sus respiraderos los utilizó la Pastora de Cantillana en los años de 1960 mientras se construían los actuales respiraderos, una vez adaptada su parihuela para salir con costaleros. Destacan sus candelabros que recuerdan los trabajos de forja, con siete luces cada uno, fueron ejecutados por orfebrería andaluza en el 2003.
Anualmente se celebran diversos cultos en honor de la Divina Pastora, en el mes de mayo, la imagen es expuesta en besamanos, en septiembre el triduo y la función principal y el 5 de noviembre, misa en honor de Santa Ángela de la Cruz –titular de la hermandad–, de la cual posee una reliquia que procesiona en el paso de la Virgen.
El tercer sábado de septiembre tiene lugar la popular procesión de la Pastora de Santa Ana por las calles del barrio, durante la cual, los trianeros se vuelcan con su Pastora exornando las calles del recorrido con banderas, arcos y colgaduras, durante la procesión la Virgen es acompañada de banda de música y además es aclamada con numerosos vivas y el cante de algunas sevillanas en los balcones. Durante la procesión visita algunas capillas del barrio como la de la Esperanza de Triana, la de la Estrella o la del Carmen del Altozano.
Salve de la Pastora de Triana
Dios te Salve Madre,
Pastora de Gracia,
Tú eres la dulzura
que llenas el alma
de los desterrados
que a tus pies te claman.
Es nuestra existencia
un valle de lágrimas,
por eso rogamos,
Reina Inmaculada,
vuélvenos tus ojos,
sé nuestra abogada,
muéstranos a Cristo,
fruto de tu entraña.
Y como tu Madre,
Señora Santa Ana,
nos hagamos dignos
de alcanzar la Gracia
de la vida eterna
que Dios nos depara.
Amén
Pastora de Gracia,
Tú eres la dulzura
que llenas el alma
de los desterrados
que a tus pies te claman.
Es nuestra existencia
un valle de lágrimas,
por eso rogamos,
Reina Inmaculada,
vuélvenos tus ojos,
sé nuestra abogada,
muéstranos a Cristo,
fruto de tu entraña.
Y como tu Madre,
Señora Santa Ana,
nos hagamos dignos
de alcanzar la Gracia
de la vida eterna
que Dios nos depara.
Amén
2 comentarios:
magnifica entrada, precioso artículo sobre la Pastora de Triana
Muchas gracias desde la hermandad trianera de la Divina Pastora. Precioso artículo y fotos y magnifico blog que da a conocer el pastoreñismo y nuestra gran advocación. Un saludo a la hermandad pastoreña de Cantillana y a todos sus devotos. Sois únicos.
¡VIVA LA DIVINA PATORA!
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