domingo, 26 de junio de 2011
La Divina Pastora apacienta con el pasto de la Eucaristía.
Hacíamos alusión a este tema cuando comentábamos que la devoción a la Divina Pastora contribuyó bastante en la lucha contra el jansenismo. Fray Isidoro dedica el discurso LVII de La Mejor Pastora Asunta al sacramento de la Eucaristía, pero de una forma muy especial al denominarla pasto que la Divina Pastora da al Rebaño de la Iglesia. De esta forma inserta este sacramento en el oficio de María como Pastora, puesto que una de sus funciones es la de alimentar a sus ovejas con la comida y bebida eucarísticas. Desarrollemos la idea con fragmentos de este discurso de gran calado cristológico:
Voluntad de Dios y requisito de su Pastorado.
El Augustísimo Sacramento de la Eucaristía es el pasto, es la comida, y bebida, con que María Santísima como Pastora apacienta el Rebaño de la Iglesia. Y este Sacramento se lo dio el Señor a su Majestad como comida, y bebida, cuando en la Cruz la constituyó Pastora, para que así les diese a sus Ovejas lo que más necesitaban: Pascua pinguia, purae aqua; y así cumpliese perfectamente con el cargo, y empleo de Pastora, que le encomendaba, pues le daba al tiempo, que Pastora la constituía, el Sacramento en sangre, y agua, que es comida, y que es bebida.
Fundamentación en la Cena Pascual.
Llegó la noche de la última Cena, y en ella instituyó Cristo nuestro Bien el Augustísimo Sacramento de la Eucaristía. Instituyolo, teniendo por objeto a todos los hombres; porque al modo, que por los hombres todos, y por su salud bajó del Cielo, y encarnado, tomó carne, y sangre en las purísimas entrañas de María Santísima [...], así esta carne, y sangre, que por los hombres entonces tomó de la Soberana Virgen, ahora la Sacramenta en la Eucaristía también por los hombres. [...] Y si en el peso de la Divinidad estimaron pesa más María Santísima, que todos los hombres juntos, porque más que a todos la ama; si el Sacramento de la Eucaristía lo instituyó, teniendo por objeto a los hombres, siendo María Santísima el Objeto principalísimo de su cariño: se sigue, que especialísimamente, y siendo su principalísimo Objeto María Santísima, por su Majestad instituyó el Señor el Eucarístico Sacramento. [...] Quiere decir que el Señor instituyó el Augustísimo Sacramento por María Santísima más, que por todos Fieles juntos: luego el principal Objeto, que en la institución del Sacramento Augusto tuvo Cristo nuestro Bien, fue María Santísima. [...] Sabía Cristo nuestro Bien, que dentro de pocas horas, estando ya para morir, había de constituir a María Santísima en su lugar Pastora de las Ovejas del Rebaño de su Iglesia, y con altísima providencia, y fervorosa caridad, como que dijo: Yo dentro de poco he de constituir a mi querida Madre en mi lugar Pastora del Rebaño de mi Iglesia, que dejo en el mundo. El pasto, que quiero que le de es mi Augusto Sacramento.
Fundamentación en el Calvario.
Guardó el Señor en su pecho, cuando se comulgó a sí mismo, el Sacramento como comida, y como bebida. Constituyó a María Santísima en su lugar Pastora al pie de la Santa Cruz, y desde a poco le arrojó a las manos el agua, y sangre del costado, que es expresión del Sacramento, como comida, y como bebida. Y fue como decirle: Madre Santísima mía, yo te he constituido Pastora del Rebaño de mi Iglesia, y para que lo apacientes con lo que le es de más utilidad, y provecho, que son pastos pingues, y aguas puras: Pascua pinguia purae aquae, ahí pongo en tus manos el Sacramento, que es comida, y bebida; que esta comida, y bebida del Sacramento la instituí para ti, y por eso la tenía guardada en mi pecho mismo, para cuando te constituyera Pastora; y pues ya Pastora te he constituido, ahí le tienes, y con esto se conocerá, que te doy todo lo necesario, para que cumplas con el empleo de Pastora, que te he conferido.
Fines de la instauración de la Eucaristía.
El primero, para que sea pasto, con que apaciente las Ovejas del Rebaño de mi Iglesia, con la conveniencia mayor, y más provechosa utilidad para ellas: porque si lo que las Ovejas necesitan más, son pastos pingues, y aguas puras, comida provechosa, y bebida saludable, con esta comida, y con esta bebida del Sacramento, gozarán la mejor comida, y la bebida mejor, y con esta la mayor conveniencia. El segundo fin es, que dándole a mi Madre, cuando el ser Pastora le encargo, la mejor comida, y la bebida mejor, para que con una, y con otra apaciente a sus Ovejas, le doy todo lo necesario, para que cumpla con el oficio de Pastora; pues lo debo hacer así, cuando el ser Pastora le encargo; y por estos dos fines instituyo el Sacramento en especies, que sean comida, y que sean bebida.
Pastora no sólo para apacentar sino también para guiar a la Gloria.
Se significa la Soberana Emperatriz en aquella prodigiosa columna de fuego, y nube, que guió a los Israelitas en el desierto. [...] Aquella columna, no sólo protegió a los Israelitas en el desierto, haciéndoles sombra de día, y dándoles de noche luz: Per diem in columna nubis, et per noctem in columna ignis; sino que también los guió, los encaminó, e introdujo en la tierra de Promisión, símbolo de la Gloria. [...] Así el Señor constituyó a María Santísima Pastora, no sólo para que en este mundo apacentase a las Ovejas, sino también, y principalmente, para que los encaminase, y llevase a pacer el mejor Divino Néctar en la altura de los Cielos.
Rvdo. Alvaro Román Villalón, Pbro.
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